cambiar lo que he ofrecido,
aventurarme en el desierto de mis miedos,
lanzarme a un vacío desconocido y justo antes de tocar fondo,
volar tal alto que el asfixia logre consolarme,
morir en el intento de ser libre,
porque mi epifanía es de momentos claves, avaros,
en mi éxtasis abandono,
la sensación de querer volver sin nada,
es mas grande que la de volver sabiendo a que precisamente me acercaba
Hoy la chimenea abandono a el fuego,
encendió con mi dolor,
hoy el fuego esta en mis ojos,
y al parpadear pretendo quemar todo recuerdo,
pretendo ser quien me apuñala,
porque me iré con un desamor rasgándome el pecho,
unos labios incoloros,
dispuesta a sonreirle a mi sombra,
a el irónico deseo de vivir después de la muerte,
porque aunque la desdicha me carcome al compás de la aguja del reloj,
me gusta su agonía perversa
Hoy,
he decidido morir sin paz,
con rencores atados a mis huellas,
a mi aliento;
Esta noche he decidido no contar las estrellas,
decidí buscar el sol que se oculta entre ellas.