Podría empezar a contaros desventuras y tragedias, pero me quedaré en que a lo que me dedico últimamente es a tratar de desconectar, cual Tapir en plena siesta. Aunque reconozco que me cuesta...
¡Sí, ya tocaba! La visita al Zoo es uno de mis imprescindibles berlineses cuando llega el buen tiempo. Esta vez fue diferente, porque me la tome con más calma de lo normal y descubrí nuevos rincones al detalle como la nueva casa de pájaros (Vogelhaus mit Freiflughallen).
Los días van pasando y como veréis ya voy haciendo algún que otro plan al aire libre. Y como de lo que se trata es de recuperarse, prefiero hacerlo a la vez que disfruto de lo que realmente me gusta. Las excursiones a la vez que me ayudan a recuperar energía me levantan bastante el ánimo.
La verdad es que Ivo estaba especialmente inspirado. Me pasé mirándole un buen rato. Él resolvía una y otra vez correctamente el acertijo de la caja de recompensas. Después de eso se levantó, y nos dió un buen susto. Tiró una piedra con bastante puntería a unos visitantes que parece le estaban incomodando. Cuando se fueron, aplaudió. Las cosas de gorilas no me pueden entretener más.
Entre paseo y paseo, ví que las obras para construir el nuevo recinto para los osos pandas ya está en marcha. El próximo verano, ya podremos disfrutar de una joven pareja que llegará desde China. Me muero de ganas por verlos y por volver a ser la misma.
Pero esto que os cuento. Lo de tomarse las cosas con tranquilidad y no perder la paciencia, me lo voy a aplicar a conciencia. Así que entre entrada y entrada aquí me quedo disfrutando del buen tiempo, de mi hermana y de los pequeños detalles de la vida.
¡Disfrutad del verano! ¡Hasta la próxima berlinada!
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