UN PASEO HASTA EL FUNICULAR
Subir al Mirador de Artxanta es un plan imprescindible, sobre todo si se deja ver el sol. Marta y yo fuimos caminando desde nuestro hotel en el Casco Viejo. Disfrutamos del paseo por la ría, de las traineras y piragüistas que salían a entrenar y de los vanguardistas edificios que emergen en la margen izquierda (especialmente yo) y que dan definitivamente la espalda al Bilbao gris e industrial del que siempre oí hablar a mi padre, que llegó a la ciudad con 14 años desde Extremadura para trabajar en lo que surgiera. Entonces no había edificios de diseño, sustentables o autosuficientes. Ahora, se multiplican. Uno de ellos es el puente Zubizuri, una obra inconfundible del arquitecto Calatrava: es blanco, de formas vertiginosas y defectuoso. Tuvieron que añadirle una especie de alfombra negra porque, en principio, no se concibió para el patinaje artístico.
PRECIO Y HORARIO
Llegues por el margen derecha desde el Casco Viejo o tengas que cruzar el puente, la Plaza del Funicular es el punto de partida. Compra la entrada para la ida (son 0,95; la vuelta se compra arriba), espera a que llegue el primero (salen cada 15′) y disfruta de la ascensión (dura apenas 3′). Arriba te espera el Parque del Funicular y una vista 360º de Bilbao, a un lado, y el Valle de Txorrierri y el aeropuerto, al otro. Subir en funicular es lo más cómodo —está abierto desde las 7:15 y, en verano, hasta las 23:00—, pero también se puede llegar haciendo una ruta a pie (250 m. de desnivel | 1h. 45′ aprox.), en coche o en bicicleta.
BILBAO A VISTA DE PÁJARO
De un vistazo se abarca todo la ciudad. A la izquierda se encuentra la parte más antigua de la ciudad, el Casco Viejo y el Ensanche. A lo lejos también se divisa el Parque Miribilla con el Pabellón Bilbao Arena, donde juega el Bilbao Basket. Al otro lado emerge el Bilbao moderno, con el Museo Guggenheim en primer término, la Torre Iberdrola, el Palacio Euskalduna y el estadio de San Mamés, que nos pone ojitos los futboleros. Su nuevo aspecto, totalmente blanco, realza todavía más su figura, aunque la torre de César Pelli se haya propuesto salir en todas las fotos de San Mamés.
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