Hoy os quería hablar de el surf y como estamos en febrero, pues hablar del surf que se hace a principios de año. Ahí va mi historia con este deporte.
Todo empezó un mes de enero hace 5 años, cuando, junto con Eritzon, se nos ocurrió la genial idea de aprender a hacer surf. Fue extraño porque teníamos un poco de miedo, no sabíamos si sería difícil, si sería fácil, si tendríamos frío, qué pasaría... pero un mes enero que seguro que muchos piensan que es mejor quedarse en casa, con una mantita, y viendo una peli, decidimos aprender a hacer surf.
Os diré que es un deporte intenso en el que necesitas tener una base. No vale querer ponerse en forma haciendo surf, hay que estar algo entrenado. Nosotros teníamos una buena base de brazada para poder remar.
Nosotros teníamos base de natación, que es el deporte que siempre me ha gustado, desde bien pequeña, y con el que me siento más a gusto. Dentro del agua podría decirse que soy como un pez, salvando las distancias claro. Y cuando estás empezando a hacer surf no se trata de levantarse simplemente y coger olas, se trata de mucho más. Primero hay que aprender a levantarse en la tabla, pero fuera del agua. También hay que saber si eres regular o goofy. También tener en cuenta la remada y saber cuándo hay que coger una ola. Y, después de todo eso, que el día que salgas al mar tengas olas con las que poder levantarte, pero eso mejor os lo cuento otro día.
Después de todo esto, estuvimos barajando muchas opciones buscando escuelas de surf con monitores que estuvieran en Castellón, donde vivimos. Fue complicado, así que lo que más cerca encontramos fue en Cullera, a 50 kilómetros de Valencia. Se trataba de una escuela de surf de Asturias, Las Dunas, con un monitor de surf llamado Moisés, Moi para los amigos, y con quien entramos en el mundillo surfero. Tenía una caravana y allí estaban las tablas, los trajes de neopreno y lo principal unas inmensas ganas de enseñar. Me gustaría destacar que actualmente Moi tiene su propia escuela de surf, allí donde lo conocimos, desde 2010, en Cullera y os la recomiendo Escuela de Surf Valencia.
Después de este breve inciso, os sigo contando. Recuerdo que íbamos con un poco de miedo, era la primera vez que subíamos a una tabla de surf, tampoco sabíamos si nuestra forma física sería suficiente, pero ese día todo fue rodado. Nos dieron un traje de neopreno de invierno, y también cogimos una tabla y allá que nos fuimos a la desembocadura del Maranyet, del río Júcar, a aprender a surfear.
Recuerdo también que la sensación fue muy buena, nos quedamos con un buen sabor de boca, aunque el frío que pasamos ese día también lo recuerdo. Así que desde entonces, si es invierno y empieza a estar el agua fresquita, mejor llevar unos escarpines, que son como unos botines también de neopreno para no tener tanto frío y en mi caso también me hice con unos guantes. Y con eso y ganas de entrar en el agua ya poco más se puede pedir. Ganas de surfear y al agua, patos.
Y eso es todo por hoy. Sed felices y nunca es tarde para empezar lo que tengáis ganas.