Mi nueva amiga: La No- Motivación
Cuando comencé hace varios con la oposición, nadie me había hablado del Síndrome del opositor:
Primero, estás emocionad@, tienes todo el espacio disponible en tu escritorio para guardar numerosos apuntes coloreados, actualizados... hasta que llevas varios cambios legislativos, temario, y actualizaciones, lo que hace que te veas rodeada de folios por todos lados, y sientas que tienes algún síndrome raro que te lleva a acumular cosas.
Segundo, las primeras veces vas a probar, a ver cómo son. Ves que la motivación sigue ahí, sigues acumulando folios, te reencuentras con los compañer@s de la carrera el día del examen de la oposición, y te vas a tomar unas cañas al salir.
Tercero, empieza la decadencia, comienzas a cruzarte con las mismas personas en cada convocatoria, viendo cómo el paso del tiempo aparece por cada uno de esos compañer@s que estudiaron contigo (mientras tu te sigues sintiendo como la estudiante universitaria que erais).
Cuarto, el desánimo. Aquí aparece una nueva ¿amiga? o bueno, una acompañante, la "No-Motivación" . Observas a las mismas personas, pero contemplas que poco a poco esas que te acompañaron al principio, han desaparecido, y piensas durante un segundo: ¿habrán entrado? ¿Se habrán apuntado en otro trabajo? ¿Qué habrá sido de ell@s? Termina el examen, regresas a tu hogar y esperas una cualificación. Te encuentras perdida si no consigues tu objetivo marcado para ese año y si debes de regresar un año más.
Quinto, la pescadilla que se muerde la cola. Has recibido esa noticia, sigues estudiando y vuelves a acumular temario, el tiempo de estudio se te hace eterno, la concentración parece desaparecer y deseas cumplir un planning estructurado que no cumples durante la preparación.Y es en esta última fase en la que me encuentro, al igual que muchos otr@s opositor@s como yo, acompañada de mi nueva amiga, la No- Motivación, y digo No porque a veces ella, la Motivación, aparece en cuanto reviso Instagram u otras redes sociales y veo los famosos "opozulos" tan colocados (el mío parece que ha pasado un tornado por él o me encuentre en alguna ciénaga), sin olvidarme de las invitaciones para realizar plantaciones de árboles virtuales a través de la aplicación Forest, en donde se contabiliza el tiempo empleado estudiando (si dejas el móvil un poco alejado, claro, y no mandas audios, mensajes...). En ese momento, mi amiga la Motivación se apodera de mí y se pone a trabajar. Sin embargo, noto que a veces es un poco egoísta y se va a pasear, dejándome sola, ausente.
Pero no os asustéis esta situación le ocurre a más personas que están en la misma situación personal, opositores ingenuos que entraron en sus redes.
Una amiga mía, por ejemplo, cada vez que su motivación se va, seguramente a acompañar a la mía (porque casualmente sucede a las mismas horas), me comunica por un mensaje o un audio de 5 minutos, toda la información detallada, para que no tengamos dudas. Sin embargo, No- Motivación siempre regresa y nos manipula con sus gestos.
Hoy lo ha vuelto a hacer.
Aquí regresa dicharachera, pensando en sus cosas, mientras observo mis apuntes, preguntándome por qué comencé, a dónde quiero llegar y qué he conseguido o sacrificado. ¿Ha merecido la pena? ¿Merece la pena? Y entonces me mira, observa detenidamente mientras noto lo que me quiere decir con sus silencio:
"Mejor arrepentirse de algo que has hecho que de aquello que jamás intentaste conseguir, porque si persigues tus sueños, tarde o temprano, de una forma se cumplirán. ¿Quién no quiso volar y soñó que era un pájaro? ¿Quién no quiso tener a alguien que lo amara con locura y conoció a la persona más importante de sus vidas, un padre o una madre?" Está claro, ¿no?
Y, llegados a este punto, aunque sea difícil y cueste encontrar la fortaleza suficiente, debemos intentarlo (y me lo repito a mí misma) porque, si no lo intentases, ¿sabrías si sería posible conseguirlo? No, ¿Verdad? Sólo por eso, merece la pena intentarlo.