Diario de: preparando oposiciones...
Como algun@s ya sabéis llevo ya unos añitos en el mundo de las oposiciones, concretamente en las de Educación, y aunque parece que la cosa va empezando a dar sus frutos desde hace un año, es un trabajo muy duro y lleno de altibajos.
Algunas veces parece que te ahogas en un vaso de agua, cuando no das asimilado conceptos, leyes... o simplemente no das cumplido los objetivos previstos (tus objetivos).
Madrugar es un hábito diario y comienzas a perder la cuenta del día que es, salvo por el día de descanso (que tiene una duración limitada). Así que... decides que la cafeína y un buen desayuno son las proteínas que necesitas.
Los meses pasan rápidamente y apenas te das cuenta de que la fecha del examen está a la vuelta de la esquina.
El temario forma parte de tu vida: comes con él, sueñas con él, tienes avisos en el móvil de él, forma parte de tus conversaciones diarias...Hasta que esa relación se convierte en amor- odio y acabas acumulando temarios de otros años (que no tirarás hasta que no saques tu merecida "plaza", no vaya a ser...).
Comienzas a organizar todo y a amar la papelería.
Descubres que el "aislamiento deseado" forma parte de tu vida hasta que pase el examen (con suerte), sólo abandonándolo en ocasiones especiales.
Amas y deseas tus días de descanso junto con tu cama, como si fueran tus amantes bandidos.
Aparece una figura nueva en tu vida que "no soportas" durante todo ese proceso de preparación, "El/ la preparador/a", que te hace sufrir con sus correcciones y las "tareas" que tienes qué hacerle semanalmente.
El opozulo, es el término con el que se denomina a tu escritorio o zona de estudio, 20 años después de dejar la enseñanza básica (convirtiéndose en un concepto más chic y molón).
El tiempo atmosférico comienza a darte igual, junto con las estaciones o las vacaciones, ya que sólo hay una cosa en mente, "ponte a estudiar".
Y finalmente, tu familia, amig@s (los que han aguantado todo este período, o que están en la misma situación que tú), tu novi@, mascotas... se convierten en los testigos, sufridores, acompañantes de este largo camino de las oposiciones, lleno de altos y bajos... pero con un único objetivo, sacar la plaza (trabajo fijo, más o menos estable, de lo que estudiaste, en mi caso, maestra en un colegio del estado).