“Mi día perfecto”
Bueno, para empezar no me atrevería a decir que tenga un día perfecto. De hecho no creo que haya un día perfecto siquiera. Es complicado, por muy bonito que llegue a ser ese día, ¿puede ser perfecto? ¿No se podría repetir, o siquiera mejorar? No me atrevería a definirlo con esa palabra. Un día que me gustaría vivir, de los muchos que se me ocurren es quizás el siguiente:
Despertarme junto a esa persona en una pequeña casita o uno de los pocos hoteles que hay, en Aurlandsfjord, el brazo más al interior del fiordo más profundo y segundo más largo del mundo, el Sognefjord, con 204 kilómetros de longitud y 1038 de profundidad.
Poder quedarme hasta tarde mirándola sin prisa alguna, sin pausa, sin los típicos ruidos de los coches que rodean la ciudad, sin ningún miedo, sin ninguna preocupación, solo mirarla y pensar en lo afortunado que hoy por tenerla a mi lado.
Flåm
Un pequeño pueblo con mucha grandeza alrededor
Después de un buen desayuno al aire libre, observando la grandeza de ese pequeño pueblo, sintiendo la brisa del fresco aire, me encantaría coger un jaguar E-type verde británico (me da igual, lo voy a alquilar), y conducir por las carreteras Noruegas. Poner una canción que nos guste a los dos y salir de Flam por la E-16, cruzando la montaña por uno de los túneles, llegando a Gudvangen.
Estar hablando todo el viaje mientras observamos la inmensa naturaleza en su máximo esplendor. Parar cuando queramos, hacer fotos, bañarnos en algún río incluso, ¿qué más da? Al fin y al cabo, somos los dueños de nuestro camino. Después seguir por la R13 si no me equivoco y cruzar el puente Hardanger o como se escriba…
Bordear toda la montaña, que cuyo nombre ni me acuerdo, ni voy a buscar, porque menudos nombres… Hay demasiados sitios bonitos por ahí, poder parar en cualquiera para comer, merendar, comprar un suvenir, etc… Es precioso ver todo el verde de este país, tonalidades que ni sabiamos que existian, tantos colores que en pocos sitios pudiéramos observar.
Después de seguir bordeando el monte y pasando por un montón de pueblos, cuyos nombres son inviables para mi. Llegamos a un museo, que de noche es precioso, y al estar al lado del río, se pueden ver reflejadas sus luces.
Bueno, sigamos de nuevo. Después de pasar ese pueblo Tys… o algo así. Llegamos por fin a Trolltunga, luego lo buscas si quieres. Aunque creo que solo se llega andando, y no poco precisamente. Pero sin duda alguna merece la pena. Llegar y tumbarnos en esperando el atardecer en Trolltunga, mirar las estrellas, taparnos con alguna manta, hablar, y ver toda esa zona de noruega, llena de montañas, ríos, y por supuesto vida.
No creo que haya un dia perfecto. Pero quiero que todos los días rocen la perfección contigo.
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