Un día te conocí por casualidad.
Estaba feliz, no necesitaba a nadie.
Sin embargo te conocí, y eso cambió todo.
Lo malo se hizo bueno, y lo bueno se hizo algo mejor.
Me diste lo que siempre buscaba.
Hacías las cosas sin pedírtelo.
Me hiciste valorar cosas que antes ignoraba.
Me enseñaste a reconocer mis fallas.
A pesar de todo, nunca nos enamoramos.
Pasados los días, simplemente nos separamos.
Quizá fue decisión mía. Aún no sé por qué lo haría.
Pero cada quien siguió su camino,
sin discusiones, sin traiciones,
sin siquiera una despedida.
Mantuvimos el contacto,
y siempre hubo un trato diferente.
Cuando hablo de ti, todos lo notan.
Por ti aún siento algo.
Algo que no sé explicar,
ni vale la pena explicarlo.
Porque ya es tarde para eso.
Ya no estás disponible. Ya tienes a alguien.
Pero el trato sigue. Me sigues hablando diferente.
Cuando conversamos nunca lo mencionas.
¿Es por pena?, ¿o porque aún sientes algo?
¿Sabe él lo que fue nuestro?
¿Sabe él que a veces charlamos de los viejos tiempos?
A veces pienso que fue un error dejarte ir.
Si pudiera regresar a aquel tiempo, lo pensaría de nuevo.
Me dejé llevar por cosas vanas.
Me alejé de alguien que realmente me apreciaba.
Y ahora decides irte. Buscas cambiar tus raíces.
Por tu futuro decides mudarte de país.
Ahora no habrá nada que pensar.
Ya no eres mía, ni lo serás jamás.
Viviré con la nostalgia, con la duda, con la pregunta siempre en mi vida.
¿Cómo seríamos hoy día,
si en aquel tiempo hubiese valorado lo importante?
Si me hubiese detenido a pensar por un instante,
si hubiese hecho lo correcto, si hubiese tomado las buenas decisiones.
Te veré algún día.
Dios me de esa dicha.
Espero verte feliz,contenta, llena de alegría,
porque es lo mínimo que te mereces.
Ojalá siempre me recuerdes,
y que algún día, al verme, te saque una sonrisa.
Lírica Anon.