Pensemos en quienes han sido los grandes exploradores de la humanidad a lo largo de los siglos. Fernando de Magallanes, Cristobal Colón, Neil Amstrong, Marco Polo, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, James Cook, Erik El Rojo, etc. Y después giremos la mirada hacia Mars One. Esa iniciativa privada lanzada en 2012 y que pretendía colonizar Marte en menos de una década. El pitch es que se trata de un viaje sin retorno. Los astronautas enviados vivirán y morirán en Marte sin regresar a la Tierra.
Mars One considera que la mejor forma de dar con los Magallanes y Amstrong del siglo XXI, los protagonistas de la empresa más ambiciosa acometida jamás por la Humanidad es a través de un reality show de alcance mundial al que cualquiera pudo apuntarse en el histórico verano de 2013.
La idea no puede ser más rocambolesca y los requisitos para participar ya eran una evidencia bastante clara de que la cosa no podía ir en serio. Porqué, básicamente, no había requisitos. Para entrar en la Historia valía cualquiera entre 18 y sin límite de edad por arriba, entre 1,57 y 1,90 de estatura y aparentemente sano y cuerdo. También precisaba una visión del 100% en ambos ojos, "bien sin gafas o con ellas". Al parecer, Mars One no descarta que el primer hombre en pisar Marte sea un venerable y miope anciano.
Unas 200.000 personas de todo el planeta pensaron que iba en serio o hicieron como que era así. Y pagaron la cuota correspondiente para participar en el proceso de selección. La primera criba redujo el número de candidatos a menos de 700 y una segunda ?que incluyó entrevistas online- a 100. The Mars 100. Los 100 de Marte.
No se exactamente en que nivel de idiotez se encuentra el mundo en el que vivo pero pareció tomarse en serio a Mars One. A pesar del inconsistente planteamiento tecnológico y el estrámbotico proceso de selección los medios informaron de aquello como si estuviera hablando la NASA o la Agencia Espacial Europea en lugar de un proyecto televisivo respaldado por el co creador de Gran Hermano, al que debemos tanto, Paul Romer.
Romer ve el asunto como "una mezcla de reality show y talent show que nunca acaba y con el mundo entero viéndolo." Parece ilusionarle bastante. Algo que en su caso se entiende. Pero si realmente creemos que el próximo gran salto de la Humanidad va a venir de la mano de una mezcla de talent show y reality en televisión es que definitivamente no tenemos remedio.
Lo cierto es que la recepción inicial general destacó por la ausencia de análisis sobre lo que se contaba. Algunos blogs y medios se molestaron en explicar el porqué de lo que ya indicaba el sentido común. Las enormes dificultades que hay que superar en todos los aspectos de la misión, los plazos para conseguir una tecnología operativa, la premura de las etapas diseñadas o lo insuficiente del presupuesto y los medios previstos para el fin planeado están fantásticamente explicados en Eureka y La Aldea Irreductible.
Por no mencionar que si entidades que son grandes potencias en la exploración espacial y cuentan con el respaldo de más grandes potencias y economías en el mundo terrestre no se lo plantean hasta dentro de varias décadas, lo mismo es por algo. La NASA presupuestó en 2009 una misión similar ?que incluía el regreso de los astronautas- en 100 billones de dólares. Mars One Presupuesta solo 6. Aspira a reunirlos a través de patrocinadores, espacios publicitarios en los vehículos de la misión, crowfunding y, por encima de todo, el reality show que comprenderá el proceso de entrenamiento y continuará en el planeta rojo.
Entre los 100 de Marte hay dos españoles. Uno de Madrid y otro de Cataluña. Lo que da para chiste, pero mejor veamos los vídeos con los que se postularon a seguir los pasos de Colón y Marco Polo. O, más probablemente, el Capitán Kirk.
Lo cierto es que el futuro de estos candidatos a seres humanos mas importantes de la historia no se presenta muy intergaláctico. Los planes iniciales para establecer el asentamiento se han demorado de 2022 a 2025. Los contratos de Mars One con las compañías que han de proporcionar la tecnología, SpaceX y Loocheed-Martin entre otras, no comprometen más que a estudios de viabilidad y no han tenido continuidad. La campaña de crowfunding no cumple sus objetivos y los planes de mandar dos sondas previas a la colonización humana acaban de ser interrumpidos.
Hay más razones para que los candidatos terminen por poner los pies en la tierra más pronto que tarde. El sentido común ha vuelto a los medios que ahora hablan de forma más realista sobre Mars One y discuten abiertamente su viabilidad. Algo en lo que tuvo que ver un reciente estudio del MIT que, entre otras deficiencias del proyecto Mars One, explicaba que el primer grupo de colonizadores podría encontrarse con una muerte por asfixia tras diez semanas de colonización interestelar. Lo que no deja de confirmar a Mars One en aquello de ir para Never to Return.
El estudio también señala que se requieren más del doble de lanzamientos de naves DragonX que ha previsto Mars One para preparar la primera colonia. Y que cultivar allí los alimentos no es, definitivamente, una buena idea. De hecho, es tan mala que sale mejor traerlos desde una distancia de 225 millones de kilómetros.
Lo que sigue adelante, también con contratiempos, es el show televisivo. Endemol, la productora de Gran Hermano, se ha bajado de la aventura y la negociación de los derechos del programa impide establecer un calendario claro para los próximos pasos de un programa que debería arrancar este mismo año. En cualquier caso, Mars One ya ha anunciado que candidatos descartados podrán reengancharse conforme algunos de los actuales seleccionados vayan siendo eliminados. Lo que tiene todo el sentido cuando buscas the best of the best, por supuesto.
Ir haciendo sitio, Armstrong y compañía.
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