Son las las 2:30 de la madrugada y sobre Lyon esta descargándose una de las mayores tormentas que se recuerdan. Las calles están anegadas de agua y en la que se encuentra el Taller de Fotografia Lumière, un riachuelo se desliza caudaloso calle abajo hasta encontrar el desagüe mas próximo. Entramos en el taller y todo es silencio y oscuridad. Ambos se rompen cuando los relámpagos seguidos de truenos como los redobles de tambor de los dioses iluminan y hacen temblar cada uno de los rincones del taller y las estancias de la vivienda situada sobre este: la residencia de los hermanos Lumière, Louis y Auguste. En el dormitorio que comparten ambos hermanos un relámpago se cuela tras la ventana sin persianas. Las sombras del mobiliario se quedan durante unos segundos sobre las paredes como un negativo. El trueno que le sigue es tan potente que no solo hace vibrar el cristal de la ventana, sino que además consigue despertar a Louis y hacer que se incorpore como empujado por un resorte liberándose de las sabanas y mantas que lo aprisionan:
Louis: Mon dieu! Merde! (mira por la ventana) ¿Has oído ese trueno Auguste? (no obtiene respuesta) ¿Sigues dormido? "Este no se despierta ni aunque sobre la casa cayera una bomba" ¡Auguste! (se vuelve y la cama de su hermano esta vacía) ¿Auguste? (su ropa de cama está en el suelo, como si hubiera saltado de ella con prisa) ¿Dónde se ha metido?
(Louis se sienta en el borde de la cama y se pone las zapatillas perfectamente alineadas una junta a la otra en el suelo. Se levanta y sale de la habitación extrañado. Continua llamando a su hermano sin obtener respuesta. Afuera la tormenta parece aun mas furiosa. Cuando abre la puerta del baño este se ilumina con un nuevo relámpago)
Louis: ¿Donde se habrá metido? (una a una repasa cada habitación de la casa. Nada. Ahora su voz se eleva por encima de los truenos) ¡AUGUSTE! ¿Estará abajo en el taller? (abre la puerta que da acceso a unas estrechas escaleras que conducen al lugar de trabajo donde ambos crearon su maravilloso cinematógrafo. Desde el umbral, Louis vuelve a llamar a su hermano. Mismo resultado: un silencio tan solo roto por la lluvia...la lluvia...Entonces se da cuenta. La lluvia se oye demasiado bien. Sus pasos retroceden y vuelve a cerrar la puerta. Se gira y se asoma por la esquina del pasillo. Un nuevo relámpago lo ilumina todo. Al final del corredor está la escalera de caracol que da a la azotea. El ultimo rayo ha brillado demasiado allí. Eso es solo posible si la puerta está abierta, por eso oia tan nitidamente la lluvia)
Louis: "¿La azotea? ¿Que narices iba a estar haciendo Auguste en la azotea en mitad de una tormenta?"
(Hacia allí se dirige. Sus pasos ahora son mas presurosos, está preocupado por su hermano. Cientos de posibilidades se agolpan en su cerebro...y todas malas)
Louis: "Se ha caído, se levantó dormido y se ha caído a la calle. ¡Mon Dieu Auguste!"
(Este último pensamiento lo lanza contra las escaleras de caracol, golpeándose en la rodilla contra uno de los escalones, pero apenas lo nota. Una de las zapatillas se escapa de su pie y cae como un pájaro muerto al suelo. Al fin llega a la puerta, abierta de par en par. El miedo que le acelera el corazón hace que sus manos se conviertan en garras aferradas al marco de la puerta. La lluvia llega hasta él tibia pero la siente fría como clavos de ataúd. Entonces lo ve)
Louis: ¡AUGUSTE! ¿QUE ESTÁS...(Las palabras mueren en su garganta. Su hermano está sentado en el suelo con el torso desnudo, el pelo apelmazado por la lluvia, y los pantalones del pijama empapados. Su mirada está perdida en el infinito. Louis sale a la terraza corriendo en su busca con los hombros encogidos y sus brazos cruzados sobre el pecho, como si eso pudiera protegerle de la torrencial lluvia. Ya a su lado se agacha para mirarlo directamente)
Louis: ¡Por el amor de Dios, Auguste! ¿"Que diable" estás haciendo aquí?
(Auguste no responde, ni siquiera mueve un dedo. La lluvia sobre sus hombros desnudos es su única respuesta)
Louis: ¡AUGUSTE!
(Sin dejar de mirar al frente, su hermano habla al fin. Su voz es casi inaudible bajo la lluvia)
Auguste: Siéntate conmigo Louis.
Louis: ¿QUÉ?
Auguste: Siéntate a mi lado.
L: ¿Estás loco? Está lloviendo a manta...vamos dentro.
(Al fin Auguste gira lentamente la cabeza para clavar los ojos en los de su hermano)
A: Siéntate por favor.
(Louis lo mira sin comprender, y cediendo con un suspiro se sienta junto a él, notando como el suelo mojado comienza a atravesar el fondillo de los pantalones de su pijama)
L: ¿Que te pasa Auguste? ¿Estás enfermo?
(Auguste vuelve a mirar al frente y su boca esboza una enigmática sonrisa)
A: Escúchame, Louis
L: ¿Qué?
(Tras unos segundos de silencio que para Louis son eternos, su hermano mayor comienza a hablar)
A: Louis...Yo...he visto cosas...que no creerías...
L: ¿Perdona? ¿Que clase de cosas?...
A: He visto nuestro cinematógrafo repartido por todo el mundo. He visto a las personas que trabajan con él. Se hacen llamar directores, actores, actrices, productores...He visto como a nuestro invento le ponían sonido Louis. ¡¡SONIDO!! ¡¡Voces y música!! Y las imágenes que sus cinematógrafos proyectaban...tenían color, ¡COLOR! mi querido hermano...
L: Auguste, has vuelto a tener una pesadilla...es normal con todo lo que has cenado hoy
A:...colores brillantes como los que vemos tu y yo, como los que nos rodean. Aunque algunos continuaban haciendo películas en blanco y negro. Los llaman independientes...o vanguardistas...o hipster o algo así...
L: ¿Ves como era un sueño? ¡Esa palabra no existe!
A: He visto donde exhiben sus películas al publico...Son grandes salones llenos de butacas con pantallas enormes...Las personas entran allí tras pagar su entrada...se sientan...y comen...
L: ¿Comida? ¿Como que comida?
A: He visto a gente comiendo de bolsas...bocadillos...tartas...pasteles...
L: ¿Como iba alguien a comer en una película? Eso es imposible...con el ruido y la molestia que pueden provocar en la proyección. Mira Auguste...ha sido un sueño horrible...¿por qué no vamos dentro y...
A: Algunos hasta hablan por teléfono...
L: Si, claro...un teléfono...en una sala de proyección...
A:....Y los que dirigen las películas...los directores. Los hay que las estrenan y tiempo después no se quedan conformes y las ruedan otra vez, o les ponen mas imágenes, haciéndolas mas largas...y luego las estrenan otra vez. En cambio hay otros que ruedan tales películas que el público abandona la sala y reclaman el dinero que han pagado por verla...
¡He visto al publico poniéndose gafas oscuras encima de sus propias gafas para ver....
L: ¡Ya basta Auguste! (le pasa el brazo por encima del hombro y se acerca aun mas a él, le habla con cariño) Mira, ya se que ha sido horrible, pero es tan solo una pesadilla...Como cuando soñaste que aquel tal Lars Von Trier venía a rompernos el cinematógrafo a martillazos...Vamos a levantarnos, parece que la tormenta se está alejando...Entramos en casa, nos secamos y volvemos a la cama.
(Auguste agacha la cabeza y lánguido asiente varias veces. Apoyados uno en el otro se levantan. A estas alturas parecen los supervivientes de un naufragio. Aun sosteniendo a su hermano, Louis dirige a Auguste hacia la puerta de la de la azotea)
L: Mañana si quieres avisaré al Docteur Tannhauser para que te reconozca.
(Auguste se detiene y se libera del abrazo de su hermano. Mira la puerta abierta)
A: Tenemos que irnos Louis.
L: Si claro, vamos a...
(Auguste entra corriendo en la casa)
L: ¡Espera!
(Sale corriendo tras él. La escalera de caracol tiembla bajo sus pies con la carrera. Auguste deja atrás el baño, la sala de estar, el dormitorio y de un tirón abre la puerta del taller. Se olvida de los escalones y con un gran salto aterriza en el suelo)
L: ¡Por lo que mas quieras Auguste!
(Louis, ya abajo, se queda agarrado en el pasamanos de la escalera viendo como su hermano abre la puerta lateral, la que da al garaje, donde guardan su carruaje con el nombre del taller pintado a ambos lados. Cuando Louis entra su hermano está abriendo el portón que da a la calle)
L: ¡¿Que pasa Auguste?!¡¿Que estás haciendo?!¡Estás loco!
(Auguste de un salto se sube al pescante del carruaje y desde arriba clava la mirada en su hermano)
A: Sube
L: ¡No!
A: ¡SUBE!
L: ¡MERDE! (rojo de ira pone el pie descalzo sobre el estribo y vuelve una vez mas a sentarse junto a su hermano) ¿Que puñetas estamos haciendo aquí, imbécil? ¿No has tenido bastante demencia por una noche? ¿También me vas a hacer ir en mitad de la madrugada a las cuadras para traer los caballos y atarlos al carromato?
A:......
L: ¡¡Háblame maldita sea!!
A: Esto no puede ser....
L: ¿Qué es lo que no puede ser?
A: Tenemos que hacer algo...
L: ¡¿Que dices que quieres hacer?¡
A:.......
L: Mira chalado ¿Quieres salir a pasear tu estupidez por las calles de Lyon a estas horas? Pues nada, estupendo. Pero tu tranquilito, eh...que ya me acerco yo a las cuadras a por esos dos podencos que tienen mas seso que tu.
(Louis hace amago de bajarse del carro pero la mano de Auguste lo detiene en seco agarrándole del brazo. Louis se vuelve y sus ojos son dos puñales que apuntan a los de su hermano)
L: ¡Suéltame! ¡Te he dicho que ya voy a por los caballos!
(Auguste mira al frente, a la calle manchada de lluvia que asoma tras el portón y por segunda vez esa noche vuelve a sonreír. Esta vez su sonrisa es mas clara y nítida)
A: ¿Caballos?.....¡JA¡...A DONDE VAMOS...NO NECESITAMOS CABALLOS
(Y la respuesta de Louis se pierde entre el sonido atronador de un relámpago de color naranja)
Norberto Piñar
@Ikarubi