Tres rincones en los que recordar al naturalista más inolvidable
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Parece que fue ayer y han pasado 35 años. Aún parece fresco el momento en el que la noticia del fallecimiento del naturalista español más famoso de todos los tiempos llegaba como un mazazo: el 14 de marzo de 1980 el doctor Félix Rodríguez de la Fuente moría en un trágico accidente de avioneta mientras rodaba uno de sus espectaculares documentales en tierras de Alaska. Desaparecía para siempre una de las figuras más populares de la España de los setenta y una de las más queridas. También el despertador de una conciencia ecológica que en aquellos años, sencillamente no existía.
Por eso asombra que, 35 años después, quienes descubrieron a través de sus películas que el bosque es una casa habitada y que hasta el más ínfimo de sus habitantes es esencial para que todos podamos seguir disfrutando de este planeta sigan aún recordando no sólo su figura, su discurso, su mensaje, sino algunas de las secuencias más memorables de su serie estrella "El Hombre y la Tierra". Muchas de aquellas secuencias fueron rodadas en parajes de Castilla y León que en aquel entonces carecían por completo de la más mínima protección. En algunos casos fue el mismo naturalista quien inicio el camino que terminaría por convertirlos en espacios naturales protegidos. También fue el primero en levantar la voz para salvaguardar muchas especies que hasta aquel momento eran vistas como alimañas perniciosas para la caza y el campo: el lobo es, desde luego, el ejemplo más evidente.
Quien guste de rendir homenajes, de traer a la memoria imágenes y sensaciones o de honrar la memoria del "amigo" Félix, como era sentido por los niños y jóvenes de la época, puede rastrear, en estos tres lugares de la naturaleza de Castilla y León, las huellas profundas de este singular naturalista.
01. LAS HOCES DEL RIAZA. El Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega de la Serrezuela, en la provincia de Segovia, es, tal vez, el lugar de Castilla y León donde su impronta resulta más profunda y duradera. De hecho, sin él ni siquiera existiría. Fue en 1974 cuando el propio Félix Rodríguez de la Fuente, en calidad de vicepresidente de la organización conservacionista WWF, rubricó un convenio con el Ayuntamiento de Montejo de la Vega con el objetivo de crear, en el interior de las espectaculares hoces que dibuja el río Riaza, un espacio en el que las rapaces, muchas de ellas a punto de extinguirse en aquel momento, pudieran sacar adelante sus crías sin ser molestadas. La iniciativa fue saludada con entusiasmo incluso por la Casa Real, que envío al entonces Príncipe de Asturias, don Juan Carlos de Borbón, a la inauguración del refugio el 13 de enero de 1975. Aquella experiencia pionera del conservacionismo ecologista español ocupa en la actualidad una extensión de 2.100 hectáreas situadas a lo largo de 12 espectaculares kilómetros del río Riaza en su tramo medio, entre la localidad de Montejo de la Vega y el embalse de Linares, que, además, pueden recorrerse a pie por senderos señalizados. Gracias a aquella iniciativa, las cárcavas del río Riaza en este tramo se han convertido en el mayor santuario de las rapaces ibéricas y especialmente del buitre leonado, que tiene en estas hoces una de las colonias más importantes de la península Ibérica, con alrededor de 1.000 ejemplares censados.
Además de los buitres, este espacio protegido es aprovechado por especies como el alimoche común, el águila real, el halcón peregrino, el búho real, el cernícalo vulgar o el águila calzada y la culebrera europea para sacar adelante sus crías. Además, encuentra cobijo aquí un largo listado de vertebrados, que superan las 300 especies y entre las que destacan algunas tan raras o amenazadas como la alondra de Dupont, el desmán del Pirineo o la nutria. LOS PERMISOS: La importancia ecológica del enclave y su delicado equilibrio, aconsejan no realizar visitas entre los meses de diciembre y junio, que es cuando las parejas de buitres sacan adelante sus crías. Para conocer las restricciones vigentes, así como para conseguir documentación relacionada con la realización de itinerarios y actividades lo mejor es ponerse en contacto con WWF/Adena: tel. 91 308 23 09.
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Hoces del Riaza. Segovia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
02. POZA DE LA SAL. El 14 de marzo de 1928 nacía el naturalista en esta localidad burgalesa de La Bureba. Entre el Salero, que comenzó a ser explotado en época romana, y el páramo de Masa transcurrió la infancia de aquel chaval fascinado por el paso estacional de las aves viajeras. Las huella de Félix Rodríguez de la Fuente por entre las calles del pueblo y los caminos del Salero puede seguirse hoy bien fácilmente visitando el Aula de Interpretación dedicada a su memoria y que está instalado en la misma Oficina de Turismo. Pero, desde luego, no es la única visita que hacer en Poza. Sumamente interesante resulta el recorrido por el interior del Centro de Interpretación de Las Salinas instalado en un caserón señorial a la entrada de la población. El caserón es en realidad la mansión que Carlos III hizo levantar donde está para que fuera la sede de la Administración de las Reales Salinas. Un negocio tan boyante, el de la sal, que el propio Felipe II convirtió en monopolio de la Corona. Tan obligado como el recorrido a pie por los viejos aterrazamientos en los que se extendía la sal extraída del interior de las minas -hasta 2.000 aterrazamientos entibados llegaron a contarse en estas laderas- es la subida al castillo que domina, como lo haría el mismísimo águila desde su nido, la extensa llanada de La Bureba. INFORMACIÓN. Oficina de Turismo de Poza de la Sal, tel. 947 30 20 24. Web de Poza de la Sal.
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Vista de Poza de la Sal y La Bureba desde lo alto del castillo. Poza de la Sal. Burgos. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
03 EL VALLE DEL BUITRE NEGRO. El valle de Iruelas es uno de los muchos rincones de Castilla y León en los que el naturalista encontró localizaciones para contar la vida secreta del mundo animal español. Hoy este esquinazo del sureste abulense es una Reserva Natural de altísimo valor ecológico, especialmente porque en él encontró refugio y prospera una de las mayores colonias de buitre negro de la península, especie prácticamente extinguida en el resto de Europa. No es la única joya. Son también horizontes para el vuelo del águila imperial ibérica, el buitre leonado o las visitas esporádicas del lince ibérico. Junto al antiguo poblado resinero de Las Cruceras, ubicado en las orillas del pantano de El Burguillo, se localiza la Casa del Parque en la que recabar información sobre los valores medioambientales del enclave. También es el mejor lugar para informarse de las rutas señalizadas que se pueden realizar en este entorno. Especialmente recomendable para los más pequeños es la Senda Botánica. Muy cerca del Valle de Iruelas se localiza también el emblemático castañar de El Tiemblo, con ejemplares mastodónticos, en cuya pista de acceso se ubica una pequeña estatua que el Ateneo de El Tiemblo dedicó a Félix Rodríguez de la Fuente y su equipo de rodaje. INFORMACIÓN. Casa del Parque, tel. 918 62 76 23.
Pino gigante junto a las aguas del río Iruelas. Garganta de Iruelas. Valle de Iruelas. Gredos. Ávila. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
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