Dormí, incluso cuando faltaban segundos para morir
Soñe, incluso cuando nada me quedaba
Reí, incluso cuando el dolor ganaba
Todo porque tenía certeza de que tus pies descalzos, volverían a resbalar de nuevo a mitad de mi espalda
Aún me adormecen impulsos continuos de mirarte
Me cegué por costumbres enfermas de besarte
Moriré por deseos inquietos de tenerte
Me he clavado al vacio de tu mirada inmortal
Y me ha llevado el miedo incluso cuando incandescentes luces invaden mi alma
¡Mojame! Mojame con tu lluvia infinita
¡Pierdete! Y... Luego ven a buscarme
Quizás ya no este para ti
Pero incluso así, mi pensamiento merodeara en tu cabeza
Tus sentidos explotarán
Mientras las piedras más duras permanezcan incrustadas en mi pecho
Estaré para fallarte una y mil veces
Pero me quedaré arriesgandome a lo mismo
A llenarme de tu sudor
A impregnarme de ti
A amarnos de esa forma tan efímera
Pero la vez tal real como el sentimiento de cualquier amante