El mar, ese a el cuál profanamos su tierra desvistiendonos, se ha secado
Nuestro amor, perdió la batalla aún sin haberlo enfrentado
La sonrisa ¡Nuestra prenda favorita! Se ha oxidado
El pintor, ese que pintaba nuestras huellas ¡Ha muerto!
Y junto a el se ha llevado nuestra identidad
Las flores de aquella tarde aún permanecen radiantes, parecen ser inmarcesibles
Eso me ha sorprendido un poco, hemos sido tan solo epifanía para los demás
Tus brazos, con venas gruesas y piel áspera han pasado a ser etéreos
Tus manos, esas que me adormecian, estan hechas cenizas
Mientras las mías luchan con mi subconsciente, no deseo que me delaten
¡Le imploro que no me roce, caballero!
No estalle mi piel, mi sangre no fluye, pero aún tengo que perder
Desde hace mucho he sentido que alguien más vive en mí, siento un asesino dentro, he deseado innumerables veces ser el, y no ser a quien el usa, pero no sería tan valiente, nunca lo he sido
Mi hogar es incandescente, desde que te fuiste
¡Odio la luz!
Por ello siempre esperaba ha que llegases a mí como cuál ave llega a su nido
Tu oscuridad me alumbraba, y veía tu interior, aunque nunca me acerqué a tu alma
Desde entonces muchas cosas han cambiado
Menos la razón por la cuál aún no te he buscado
Efímero amor
Aveces no se quien soy
Me pregunto…
¿Te conozco?
¿Quien eres?
Amigo mió, aléjese
No confío en señores de alta gama, aunque puedo hacerle una reverencia
“Aveces el diablo parece ser un caballero”.