2020 ha sido un poco desastre en cuanto a lecturas se refiere. Empecé muy motivada con Un jardín al norte, que me encantó y ya reseñé aquí. Y después, aunque tenía otros pendientes, me animé con Orgullo y prejuicio, una edición preciosa de la colección de RBA, pero se me hizo muy bola. No sé si por la cuarentena, o por el libro en sí; la historia me enganchó, pero me costaba mucho leerlo, aunque imagino que la cuarentena tampoco ayudó mucho a concentrarme.
Cuando conseguí terminarlo me animé con Todos deberíamos ser feministas, un ensayo muy cortito que leí en unos días y que me gustó mucho; algunas cosas que propone para educar en feminismo ya las estamos aplicando con África (de manera inconsciente), aunque aun queda mucho camino.
Una vez motivada de nuevo con la lectura leí La estrella de Babilonia, un libro que me vino en una revista en 2019 y aunque lo empecé sin mucha confianza, al final me encantó. Y es que creo que soy mas de aventuras que de novela histórica . Trata sobre una arqueóloga que se embarca en una aventura inesperada con el hijo de su profesor de Universidad.
Ya en racha, me leí No soy un monstruo. Hacía tiempo que había oído hablar de él, pero nunca me animaba a leerlo, hasta que lo vi en oferta en Hipercor y lo cogí. Y madre mía, qué pena no haberlo leído antes. Era como estar viendo una película policiaca. Aunque creo que al haberlo leído siendo madre, he sufrido más. Os lo recomiendo mucho si os gustan las novelas policiacas.
Y por último, empecé El profesor de francés, pero aun no lo he terminado. Me está pasando lo mismo que con Orgullo y prejuicio, que me gusta la historia, pero me cuesta mucho leerlo.
Para este año, además de los libros de la última lista que voy arrastrando (pero que me apetece mucho leer), tengo también varios en a recámara que me vinieron en varias revistas. Y el resto, me gustaría, como ya dije el año pasado, retomar la costumbre de ir a la biblioteca.
¿Qué tal ha sido vuestro año lector? Espero que mejor que el mío .