Diseñador gráfico, artista plástico e ilustrador; ese es el amplio currículum del ecuatoriano Alberto Montt(@albertomontt) quien lleva toda su vida dedicada a este arte y cuenta con más 20 años de experiencia profesional. Empezó su carrera como ilustrador en Chile y obtuvo reconocimiento en toda Latinoamérica en 2006 gracias a la publicación diaria de una viñeta en la que plasmaba situaciones cotidianas a través de sus diversos personajes, Dosis Diarias. Además ha ilustrado libros infantiles y ha publicado diversos libros de ilustración.
Inspirado por sus primeras lecturas en la infancia como Mafalda, Condorito, Calvin & Hobbes o Charlie Brown, comenzó esta tarea creativa diaria, tratando de mantener su estilo, humor, genio y calidad a lo largo de los años. Conversamos con él para conocer más de su increíble proyecto: ¿En qué consiste Dosis Diarias, y por qué decidiste empezar un ejercicio de esta magnitud?
Es un blog en donde subo viñetas ilustradas de ideas que se me vienen a la cabeza. Una especie de patio de juegos donde me divierto dibujando y reencontrándome con el placer de dibujar por el placer de hacerlo. Sin encargos ni clientes, ni nadie a quién satisfacer excepto a mí mismo. Decidí empezar este espacio, justamente porque me había agotado de dibujar las ideas de otros. Necesitaba reencontrarme con aquello que me enamoró de la ilustración y que estaba perdiendo en lo cotidiano del trabajo.
¿En qué te inspiras para crear estas pequeñas historias?
En todo. Generalmente dejo que las ideas lleguen de cualquier parte. Me gusta sentir cómo el cerebro se llena de información en cajoncitos y, de vez en cuando, algo de uno de esos cajoncitos salta a otro y ¡¡¡ZAZ!!!, una idea. Esto me obliga a estar atento a todo. Desde una canción, un plato de sopa o el último libro que me leí. El placer del síndrome de Diógenes del conocimiento pop. ¿Cómo es el proceso de realización, desde que concibes la idea, hasta que la vemos publicada?
Las ideas aparecen caprichosamente. Pueden estar ahí a las tres de la mañana o llegar en pandilla a atacarte en la mitad de un velorio. Las anoto, boceteo o trato de recordar hasta estar sentado frente a un papel. Luego, dependiendo de dónde y cuándo, uso tintas y acuarelas o simplemente las dibujo en el teléfono. El paso final es compartirla.
¿Cuánto tiempo inviertes en cada ilustración?
Siempre me gusta decir que cada viñeta me toma 46 años y 50 minutos. Básicamente porque hay toda una historia de vida que me llevó a ese momento. El proceso me toma, una vez que la idea está en mi cabeza, entre 40 y 50 minutos. Esto es independiente de si lo hago manualmente o en el computador. ¿Qué es lo más complicado de un proyecto como éste, y qué es lo más satisfactorio?
Lo más complicado es la constancia. Es como ir al gimnasio o hacer una dieta. Si dejas de hacerlo un día, ahí quedó todo. Para mí se volvió una necesidad. Es el espacio donde vuelco mis angustias y obsesiones. Mis ideas idiotas y las no tanto. Me ahorro mucha plata en psicólogo.
¿Hay algún detalle que siempre intentes dejar en tus viñetas, algún distintivo?
Sólo quiero que sean honestas conmigo mismo. Quiero que, quien las lea, pueda tener la sensación de conocerme en persona. Después de todo, las voy subiendo sin filtro. Alberto Montt es un verdadero genio del humor gráfico, profesor del curso Ilustración de personajes con estilo, en donde aprenderás su fórmula para crear personajes por medio de un método rápido y sencillo.