Las aguas del lago pueden alcanzar una temperatura de 60ºC y son extremadamente alcalinas lo que favorece que los animales muertos a causa de su toxicidad se fosilicen en forma de estatua de sal.
Ambiente extremo
El lago Natron es un lago salado endorreico localizado en Tanzania (África), en la frontera con Kenia. Su superficie aproximada es de 600-800 km², aunque puede llegar a alcanzar los 1.040 km².
El lugar toma su nombre de un compuesto químico natural formado principalmente por carbonato de sodio, proveniente de cenizas del cercano volcán Ol Doinyo Lengai.
Sus aguas están teñidas de rojo por la proliferación de algas y en él también se pueden apreciar formaciones de espirales de carbonato sódico que surgen de las profundidades de la tierra a través de géiseres. Estas espirales, así como la sosa, se acumula en las orillas como una espuma blanca. De él se extraen sales de cloro, sodio y magnesio.
El Lago Natron es uno de los ecosistemas más extremos del Planeta. Las condiciones de vida son realmente complicadas por la alta salinidad de sus aguas, su temperatura cercana a los 60 grados Celsius y la alcalinidad de su pH (entre 9 y 10,5 cuando lo normal no supera los 6).
Trampa mortal
La vida se limita allí a microrganismos extremófilos y a las algas, a una variedad de la tilapia alcalina -adaptada para sobrevivir a estas duras condiciones de alcalinidad- y a unas colonias de flamencos que son capaces de filtrar el agua con sus picos y alimentarse de este modo de las algas, y que aprovechan las ocasionales islas de sal que se forman en el lago para anidar protegidos del acecho de predadores.
Para el resto de los animales, incluso para los propios flamencos, vivir en el lago Natron es un auténtico riesgo. Básicamente, quienes se sumergen en sus aguas, principalmente pájaros y murciélagos, acaban muriendo, se secan y quedan convertidos en estatuas recubiertas por la solución salina.
Parece ser que la naturaleza extremadamente reflectante de la superficie del agua confunde a los animales y es el atractivo que hace que estos se atrevan a explorar y caigan en esta trampa mortal.
El carbonado sódico y la sal hacen que las criaturas que tuvieron la mala suerte de sumergirse en el Natrón se calcifiquen y se conserven perfectamente a medida que se secan.