Pero en agosto de 2019, el INAH anunció que finalmente este lugar se habría al público sumándose a los atractivos turísticos de la Ciudad de México.
Mixcoac es la quinta zona arqueológica resguardada por el INAH que se puede visitar en la capital del país, al igual que el Cerro de la Estrella, y como en Viajeros en Ruta la historia nos apasiona, fuimos a conocerla.
Una ventaja para atraer a la gente, es que su acceso es completamente gratuito.
Visita a la Zona Arqueológica de Mixcoac
La zona arqueológica de Mixcoac se encuentra en la calle Pirámide #7, a pocas cuadras del metro San Antonio de la línea 7, que es la mejor opción para llegar.Apenas llegamos, nos damos cuenta de que es milagroso que Mixcoac haya llegado hasta nuestros días, pues se encuentra casi devorada por la mancha urbana a su alrededor.
Por un lado está rodeada de una zona habitacional, y por el otro tiene al Periférico, a pesar de lo cual muy pocos de quienes circulan por la avenida o por su segundo piso notan su presencia.
De hecho, la presencia del periférico es tan notable, que el museo del sitio se encuentra localizado justo debajo de la avenida, que también está sobre parte de las estructuras prehispánicas.
Al lado sur de la zona se encuentra también el Centro Cultural Pirámide.
Pero a pesar de la cercanía de estas calles, en Mixcoac nos encontramos mucha calma y aunque es sábado, somos prácticamente los únicos visitantes, por lo que podemos disfrutar de este viaje al pasado a nuestras anchas.
El recorrido por la zona empieza por el museo, que nos pone en contexto en el sitio, y al salir recorremos las estructuras que sobrevivieron al paso del tiempo y fueron desenterradas para poder conocerlas.
Historia de la Zona Arqueológica de Mixcoac
Aprendemos que las pirámides estuvieron por largo tiempo ocultas y los vecinos de la colonia San Pedro de los Pinos, en el municipio de Tacubaya, que a inicios del siglo XX aún era esencialmente rural, no sospechaban que fueran restos prehispánicos.De hecho la zona era llamada Tierra Quemada y se usaba para la agricultura.
Por la zona, que aún no abría grandes avenidas para beneficio del automóvil, circulaba un tranvía y en él solía viajar el arqueólogo Eduardo Noguera que se transportaba del Zócalo a San Ángel para trabajar en el convento del Carmen.
Cada que paraba en la parada que llevaba el nombre de Berlín, veía los montículos, y un día decidió bajar ahí y explorarlos.
Descubrió entonces que no eran elevaciones naturales del terreno, sino que ocultaban los restos del pasado mexica, y de inmediato inició los trámites para su exploración y protección.
El descubrimiento de la zona arqueológica de Mixcoac fue en 1915, pero este no se reportó hasta 1916 y en 1917 se colocó vigilancia para evitar el saqueo y fue hasta 1920 que se obtuvieron los recursos para iniciar las exploraciones formales.
Desde entonces, las investigaciones en la zona se han llevado a cabo, intermitentemente, siendo las más importantes las que se dieron antes de la construcción del Periférico, que destruyó parte de la zona, y antes de los Juegos Olímpicos de México 68.
También las hubo durante la construcción de la línea 7 del metro, y a inicios del siglo XXI.
Durante parte de este tiempo, era posible ingresar a la zona si eras de quienes sabían de su existencia, haciendo una cita, pero en 2019, y con el objetivo no solo de preservar y estudiar, sino también de dar a conocer y permitir disfrutar nuestra historia; se acondicionó y abrió finalmente al público.
¿Qué hay en la zona arqueológica de Mixcoac?
Una curiosidad de Mixcoac es que se trata de una de las zonas arqueológicas más pequeñas del país pues mide apenas 7,200 metros cuadrados.La zona está habitada desde la época teotihuacana, alrededor del año 400, y se desarrolló en lo que era una zona privilegiada cerca del entonces mucho más extenso Bosque de Chapultepec.
Además de su cercanía con el lago de Texcoco era bañada por ríos que bajaban de las montañas de Santa Fe, el más importante era uno que hoy está cubierto por la avenida San Antonio.
Lo que vemos hoy en día, sin embargo, son edificios del posclásico, cuando la ciudad estaba sometida a Tenochtitlan.
Para los mexicas, el lugar era un centro ceremonial, dedicado a Mixcoatl, un dios chichimeca que adoptaron como un protector de los chichimecas.
A el está dedicada la pirámide del sitio, y la principal ceremonia que se celebraba en este lugar.
Cuando entramos al patio central, nos encontramos en el lugar donde sacerdotes, danzantes, músicos y cazadores se reunían a finales de nuestro mes de octubre para los rituales de cacería.
Era una fiesta tan popular que los grandes señores de Tenochtitlan y Tlatelolco acudían a ella, y al terminar, los participantes realizaban excursiones de cacería en los cerros de Mazalteptl y Zacalteptl.
Desde el patio central, una escalera nos permite subir a la plataforma poniente, donde se cree que se realizaban los rituales y que antaño solo era accesible para personajes importantes.
La zona aún tiene piso de estuco y se cree que estuvo techada y con murales en sus paredes.
Desde ahí se puede contemplar toda la zona, antes de descender y terminar la visita por el costado oriente, donde están los edificios más altos.
Ya conoces esta zona arqueológica de Ciudad de México?