A las orillas del mar Mediterráneo yace la capital catalana de Barcelona. De entre todas las maravillas que la ciudad condal puede ofrecernos, solo una puede presumir de ser, como dijo Hemingway, el paseo más bello del mundo: las Ramblas.
La Rambla, también conocida como las Ramblas porque hay diversos tramos y cada uno recibe un nombre, es el paseo de más de 1 km de longitud que discurre entre la Plaza de Cataluña y el mirador de Colón. Pero no es un simple paseo, no es simplemente una calle transitada, es mucho más que eso. Es uno de los centros culturales, arquitectónicos y artísticos de la ciudad. Puedes pasearte por las Ramblas de día o de noche, y siempre se respira ese aire tan pintoresco y cosmopolita.
El paseo cuenta con numerosos puestos de flores, que dan color a la calle, así como puestos de artesanía y de recuerdos. A parte de eso, podemos encontrar también estatuas humanas y diversos quioscos. También hay terrazas de bares y restaurantes, donde puedes relajarte y disfrutar del ambiente. Antiguamente también había puestos de animales, aunque debido a diversas quejas han terminado por quitarlas.
Además de todo eso, dentro de la Rambla cabe destacar algunos puntos de interés de parada obligatoria. Por un lado tenemos la Fuente de Canaletas, famosa por ser el lugar donde los culés o barcelonistas celebran sus victorias, pero también por una leyenda que dice que aquél que beba de su agua volverá algún día a Barcelona.
Por otro lado, tenemos también el mercado de la Boqueria, un placer para los sentidos, con mil olores y colores que se desprenden de los productos que se venden en cada puesto.
Asimismo, un poco más abajo encontramos el teatro más importante de todo Barcelona y uno de los símbolos de la ciudad, el Gran Teatro del Liceo, famoso sobre todo por su teatro de ópera.
Finalmente, como hemos podido ver, pasear por las Ramblas, sobre todo en verano, es prácticamente obligatorio si visitas Barcelona. Un paseo que seguro que hará desees volver a esta gran ciudad.
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