Durante la primera mitad del siglo XIX se desarrolló en Alemania una ópera inspirada en los ideales expuestos por los poetas y filósofos alemanes. Serán óperas con argumentos legendarios en los que la naturaleza y lo sobrenatural adquieren un papel protagonista.
Destaca la obra de Weber, iniciador de la ópera romántica en Alemania. Su obra más conocida es "El cazador furtivo".
Sin embargo, la gran figura de la ópera alemana es Richard Wagner, que en una primera época enlaza con la tradición romántica, pero dará paso después a una gran reforma del género de enorme trascendencia en toda la música posterior. La idea de Wagner es crear un "drama musical" continuo y con ese nombre se conocerán las creaciones operísticas de este autor. Algunas de las características de su drama musical son las siguientes:
1. La ópera para Wagner es "La obra de arte total", ya que busca la fusión de todas las artes (poesía, música, escenografía, drama...)
2. Utilización de técnicas como el leitmotiv, que es un motivo musical recurrente para representar personajes, hechos, situaciones,...
3. Utiliza la melodía infinita, que no se interrumpe, sin un fraseo regular que marque candencias claras, para dotar de mayor dramatismo a su obra.
4. La música está al servicio de la expresión dramática. La orquesta tiene un papel principal en el desarrollo y explicación de la acción.
5. Larga duración, ya que muchas de sus obras pueden sobrepasar las cinco horas sin interrupciones. Algunos de los dramas musicales más importantes de Wagner son "Tristán e Isolda", "Tannhauser" y "El anillo de los Nibelungos", esta última es una tetralogía, es decir, es un ciclo de cuatro obras juntas.