La Vall de Ribes se sitúa en el noroeste de la comarca del Ripollès y comprende las poblaciones de Campelles, Planoles, Pardines, Queralbs, Toses i Ribes de Freser, capital económica de la Vall. Durante nuestro fin de semana de escapada aprovechamos para visitar cada uno de estos pequeños y encantadores pueblos.
Tuvimos la suerte de alojarnos en un fabuloso hotel, El Resguard dels Vents donde creamos nuestro centro neurálgico para recorrer todos los rincones de la zona. Un alojamiento de calidad, que nos impresionó por su ubicación, arquitectura, prestaciones y por supuesto, un trato exquisito.
La riqueza ecológica del entorno es uno de los principales atractivos del lugar con el agua presente en todos los rincones en forma de fuente o riachuelo, realmente un valor sorprendente y mágico.
Pudimos recorrer los caminos de alta montaña mientras nos adentrábamos en los bosques en la búsqueda de nuestro preciado objetivo, las setas.
Aunque como la gran mayoría, disfrutamos como niños a la caza del níscalo (conocido como rovelló, en catalán), encontramos también rebozuelos (los rossinyols) y las deliciosas trompetas de la muerte (aunque el nombre no suena demasiado bien, se trata de una seta exquisita).
Cada hallazgo se convierte en un auténtico festival; aquel pequeño níscalo en forma de botón nos invita a seguir buscando y buscando sin cesar. Tan sólo podíamos pensar en el delicioso revuelto de setas y ajos tiernos que haríamos al volver a Barcelona….
Con nuestros cestos a rebosar (y eso que la temporada tan sólo acaba de empezar), decidimos hacer un alto en nuestra vertiente micológica para disfrutar del vestigio más relevante de La Vall de Ribes, el románico.
Visitamos Sant Cristòfol de Toses, un espléndido edificio románico del siglo XI, cuyos elementos más destacados son el trabajo de herrería de ornamentación de la puerta, el campanario y las pinturas románicas del interior, reproducción de las originales que se encuentran en la colección permanente del MNAC, en Barcelona.
Con el capazo lleno y nuestra sed de cultura alimentada, decidimos que era un buen momento para relajarnos en el fabuloso SPA del hotel en el que nos alojamos.
En el Hotel-Spa Reguard dels Vents, situado a 1.000 metros de altitud, se respira una paz y tranquilidad ideal para aquellos que buscan huir del bullicio de la gran ciudad. 17 habitaciones diseñadas y cuidadas hasta el mínimo detalle para el disfrute de los agradecidos huéspedes.
Tras nuestra intensa jornada, el cansancio acumulado tras un buen madrugón y el estrés de una semana arrolladora, celebramos la llegada al SPA, casi con lágrimas en los ojos.
Un espacio pensado para mimar y relajar el cuerpo y oxigenar la mente, ideal para recuperar nuestro ritmo vital. No pude evitar dejarme en manos de la experta terapeuta para disfrutar de un delicioso masaje con chocolate.
La piscina climatizada, con unas vistas impagables, puso el punto y aparte (la experiencia en el SPA continuaría al día siguiente) a un día excepcional. Y antes de recogernos en las confortables habitaciones… una deliciosa cena en el restaurante del hotel, gastronomía tradicional con pinceladas de creatividad. ¿Qué más podíamos pedir?
Al día siguiente nos levantamos un poco más perezosos. Para ser un auténtico cazador de setas, debes ser un gran madrugador, por lo que decidimos disfrutar sin prisas de las instalaciones del Hotel Resguard dels Vents. Imprescindible repetir en el SPA: una sauna finlandesa y un tratamiento con mármol caliente para limpiar las impurezas acumuladas.
De nuevo en plena forma, La Vall de Ribes nos seguía esperando para recorrer algunos de sus rincones más mágicos y sorprendentes.
Paseamos por el encantador pueblo de Ribes de Fresser donde pudimos disfrutar, casualmente, de la fiesta de la miel que se celebraba en la población durante ese fin de semana.
Desde allí, tomamos el conocido cremallera para llegar a la Vall de Nuria a través de espectaculares paisajes. Con un carácter muy particular el tren cremallera recorre 12,5 km y supera un desnivel de más de 1.000 metros.
En definitiva, la escapada ideal para los amantes de las setas, de la montaña, la cultura, la gastronomía y, por supuesto, la desconexión.
La Vall de Ribes nos acogió durante un fin de semana, como la gran anfitriona que es.
Hotel Rural-Spa Resguard dels Vents 4*
Camí de Ventaiola, s/n – 17534 Ribes de Freser (Girona)
Tel. 972.72.88.66 – info@hotelresguard.com
Fotografía: Maria Algara Regàs
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