¿Cómo están pasando la semana? Por aquí con bastante llovizna y neblina, típicos días de invierno, bastante lúgubres y deprimentes.
Hoy quiero compartir con ustedes la reseña del último libro que leí, La danza del cementerio de Preston y Child.
El enigmático inspector Pendergast investiga a una secta criminal afincada en un cementerio al norte de la isla de Manhattan.
William Smithback, reportero de The New York Times, sufre un ataque brutal en su apartamento. Afortunadamente hay testigos: la grabación de una cámara de seguridad identifica al agresor.
La investigación oficial no da resultados. Ante ello, el inspector Pendergast decide emprender su propio y poco ortodoxo camino, el cual lo lleva hasta una zona aislada del norte de la isla de Manhattan que casi nadie conoce. Allí en un cementerio oculto a las miradas, residen los miembros de una secta vudú en la que ningún intruso ha conseguido penetrar.
<< Aloysius X. L. Pendergast es uno de esos personajes imposibles de olvidar. Un héroe total. En el convergen la fuerza física de James Bond, la habilidad deductiva de Sherlock Holmes, la melancolía cínica de Philip Marlowe, el coeficiente intelectual de Albert Einstein, la sabiduría oriental de Charlie Chan, la finura neurótica de Hércules Poirot, los métodos memorísticos del jesuita Matteo Ricci, el desprecio por sus superiores de Fox Mulder, el desprecio por sus inferiores del doctor Gregory House y la aficcón a lo arqueológicamente sobrenatural de Indina Jones.>>
Título: La danza del cementerio. Serie Agente Pendergast #9
Título original: Cementery Dance
Autor: Douglas Preston y Lincoln Child.
Género: Novela Negra.
Número de páginas: 447
Después de lo dicho en la contratapa del libro por Rodrigo Fresán, ¿quién se podría resistir a leer este libro? Creo que casi nadie, al menos no, los que gustan de una buena novela negra y de un personaje tan particular como Pendergast, esos sujetos que se te aparecen de la nada y te hacen pegar un susto, y si le sumamos su carácter tan particular y su forma de llevar las cosas, es un garantía de entretenimiento asegurado.
Este libro es el número 9 de la saga del Agente del FBI Pendergast, si bien cada libro cuenta una historia autoconclusiva, o mejor dicho un caso autoconclusivo, hay pequeños detalles como menciones de casos anteriores o hechos en la vida del agente que se vienen desarrollando desde el libro 1. Pero en general se pueden leer salteados o sin un orden ( cosa que he hecho yo, ya que comencé con el 4, seguí con el 1 y ahora terminé el 9).
En este libro nos encontramos con dos personajes que conocimos en el libro uno, el teniente D’Agosta y el reportero Smithback, aunque como dice en la sinopsis, a uno de ellos no le va tan bien en este libro.
A raíz del asesinato del reportero comienza el hilo de la novela, que se va complicando a medida que avanza, no solo aparecen los signos que parecieran pertenecer al vudú sino también personajes siniestros, objetos aún más extraños y muertos y más muertos que parecen no quedarse muertos del todo.
Poco a poco, de la mano de Pendergast vamos conociendo pequeñas pistas en la investigación que nos llevan a plantearnos distintas hipótesis sobre lo que está sucediendo, pero se nos escapa quizás lo más importante ¿por qué?
Con la aparición de personajes tan extravagantes como Bertin, un antiguo maestro de Pendergast, proveniente de Nueva Orleans, ciudad conocida por su variopinta gente, sus religiones y tradiciones, la magia vudú, obeah y demás cosas raras que para alguien de New York como D’Agosta no llega a comprender ni darles crédito, cada vez más furiosos por las cosas que están sucediendo y para colmo los crímenes distan mucho de parecer llegar a buen puerto. Y a todo esto hay que sumarle personas poderosas que no se quedan quietos y buscan venganza.
Y así se van sucediendo distintos hechos que nos llevan a cuestionarnos qué tanto hay de cierto en los rituales vudú y obeah, tantas preguntas y dudas como le surgen a D’Agosta, y es que vemos gran parte de la trama desde el punto de vista de este personaje, más que desde el punto de vista de Pendergast. Este personaje aparece y desaparece como un fantasma en la trama y a pesar de eso es quien siempre va un paso adelante para resolver el caso.
Una historia atrapante, que me la he leído en un poco más de tres noches, tan metida estaba en la lectura que más de una vez he soñado con lo que pasaba tratando de encontrar al o los culpables de los crímenes.
Quizás la parte que más me afectó, es una en la que se ve involucrada una asociación de protectores de los animales contra la secta criminal que se menciona que vive en una parte alejada de la isla de Manhattan. Las situaciones tanto como las descripciones fueron muy realistas y tristes, al menos para mí.
¿Han leído este libro?
¿Conocían al agente tan peculiar Pendergast?
Los espero para la próxima reseña.
Besos a todos