Aunque Japón empezó bien, cobrando una temprana ventaja por mediación de su tridente ofensivo de lujo, con Keisuke Honda (AC Milan), Shinji Kagawa (Manchester United) y Shinji Okazaki, fue incapaz de contener la mayor potencia y velocidad de los marfileños. La defensa nipona naufragó ante el vendaval africano y se vio sobrepasada. Encajó dos goles en dos minutos durante el segundo periodo, y toda la magia de su fútbol ofensivo se deshizo.
?Llevamos ya cuatro años concentrándonos en el ataque?, declaró a FIFA.com Eiji Kawashima, portero titular de Japón, y el hombre con la mejor visión de los puntos fuertes y débiles de esta selección del País del Sol Naciente. ?Queremos retener el balón y moverlo hacia delante, utilizando todas nuestras cualidades y nuestra habilidad técnica para meter goles. Así es como jugaremos?, añadió desafiante. ?Atacaremos?.
Belleza imperfecta
Wabi-Sabi es un concepto japonés consistente en encontrar la belleza en las cosas imperfectas, no permanentes e incompletas. Celebra el lado humano y la melancolía, contraviene la perfección y abraza la inevitabilidad de la muerte. En su primer encuentro contra los marfileños, Japón fue un equipo bellamente imperfecto e incompleto, que fascinó con su ataque, pero que se marchitó como una flor moribunda en la retaguardia.
Esta selección de Japón está influida, como cabía esperar, por las tradiciones nacionales de la participación colectiva y el trabajo desinteresado en equipo. Hace cuatro años, coqueteó con un planteamiento defensivo en Sudáfrica, pero no cumplió sus expectativas y ha renunciado a esa filosofía. Entonces, cayó en la tanda de penales de los octavos de final ante Paraguay, una selección que lleva el defender en las venas.
Ahora, a las órdenes del técnico italiano Alberto Zaccheroni, Japón apuesta decididamente por el ataque y juega explotando sus virtudes. Invierte todos sus esfuerzos en retener el balón, en convertir esa posesión en goles, y en transformar esos goles en victorias. ?Así es como Japón debe jugar?, recalcó Kawashima, que domina bien cuatro idiomas y que defiende con firmeza la portería de un grande belga, el Standard de Lieja. Además, integra la última línea de la defensa, por lo que es el hombre con más probabilidades de sufrir más que nadie las consecuencias del intrépido planteamiento de Japón.
?Los jugadores japoneses tienen una técnica muy buena y poseen la agilidad para jugar rápido?, añadió. ?Ese es el estilo de fútbol que nos resulta cómodo y natural?.
Los nuevos campeones del fútbol romántico
La cruzada con vocación ofensiva de Japón en la cita brasileña tiene algo de romántico, y está predestinada a ganarse a los aficionados locales partidarios del fútbol temerariamente bonito. Los Samuráis azules están jugando en un país que posee la mayor cantidad de vecinos japoneses expatriados de Japón, y que está eternamente enamorado del jogo bonito. Por tanto, se trata del escenario perfecto para una ofensiva quijotesca.
?Mi obligación es apoyar al equipo cuando tenemos dificultades?, afirmó el guardameta, preparándose ya mentalmente para el segundo encuentro contra Grecia en Natal. ?Mi papel consiste en parar los disparos de los rivales, e intento apoyar desde atrás para que los delanteros puedan ir directos hacia el gol?.
Aunque sea un cancerbero y, por tanto, esté anclado a su área, Kawashima se considera una parte más de esta filosofía colectiva de ataque. ?Puede sonar extraño, pero tengo que cumplir con mi cometido para iniciar los ataques?, señaló, poniendo especial cuidado en resaltar el planteamiento colectivo, la mentalidad de todos para uno que caracteriza al equipo.
?Para nosotros, lo más importante no es la técnica o la experiencia, y ni siquiera el meter goles, sino nuestro compañerismo?, aseveró Kawashima, el hombre que figura en el epicentro de la inspiradora imperfección de Japón. ?Como ciudadanos japoneses, como jugadores japoneses, intentaremos hacer todo lo posible por el equipo. Esa es la cualidad más importante, que constituye nuestro equilibrio y nuestra fuerza. Creemos en nosotros mismos?.
*Con información de la FIFA