Internet ofrece nuevas posibilidades de comunicación, impensables hasta su aparición, debido a las distancias geográficas y a la pertenencia a diferentes grupos sociales. En este sentido la red global sirve de vínculo para mundos que social y culturalmente eran anteriormente dispares.
Amigos para siempre
Ya se ha comentado en más de una ocasión que el progreso técnico va quitando valor a la amistad. Los investigadores señalan que el problema de la pérdida de la capacidad de mantener relaciones de amistad se planteó en el contexto de la industrialización, la urbanización, un ritmo más elevado de la vida e incluso, la aparición de la conexión telefónica. Y ahora que existen las redes sociales ni siquiera el teléfono hace falta.
La diferencia entre los amigos reales y los virtuales es evidente, pero, ¿pueden los representantes de dichos mundos tan diferentes convertirse en amigos de verdad?
Los contactos de uno en las redes sociales son, más bien, sus interlocutores, dicen los sociólogos, son una especie de compañeros con los que se mantiene un vínculo bastante estable que al mismo tiempo no supone ningún compromiso para las partes. Se añaden y se eliminan de la lista de contactos con suma facilidad.
Al parecer, los límites de este nuevo modo de comunicación están bien definidos. Sin embargo, los psicólogos avisan de que la gente acaba perdiendo la capacidad de tener amigos de verdad por la popularización de las redes sociales. La principal razón radica en que las relaciones de amistad precisan de vida real.
La amistad acude a todo tipo de percepción sensorial, a los abrazos y a los ademanes que expresan atención y simpatía. En el espacio virtual, al contrario, los receptores sensoriales se acaban atrofiando?, indican los expertos.
Los psicólogos añaden que como resultado de la constante comunicación vía Internet se pierde el hábito de la empatía, de la participación afectiva en la vida del otro, del saber captar el estado emocional de una persona, guiándose por la comunicación no verbal.
¿Es necesaria la amistad?
Muchos suponen que la amistad no es necesaria, que con compañeros es suficiente. Y en general, prosiguen, no existe amistad verdadera, al igual que no existe amor verdadero.
La gente defiende esta postura por motivos muy diferentes, algunos han tenido en su infancia experiencias negativas, hay quienes sufrieron traición de amigos y se convencieron de su propia autosuficiencia.
No obstante, los psicólogos insisten en que un individuo sin amigos no es una personalidad completa, no es una persona feliz. Se debe a que por naturaleza los humanos somos seres sociales.
Toda persona, pase lo que pase, necesita amigos, señalan los expertos, ya que estos son una especie de ancla en la vida de la gente, que les garantizan la integración emocional y la estabilidad en situaciones de riesgo.
Así, los expertos destacan dos tipos principales de conceptos sociales sobre la amistad: el concepto de las relaciones emocionales y el concepto de las relaciones funcionales. En este último caso necesitamos a nuestros amigos, para tomar una taza de café y charlar durante la pausa en el trabajo, ir juntos al cine o para solucionar algún problema. Semejante tipo de relaciones se establece a menudo entre los compañeros de trabajo.
Las relaciones emocionales, se refieren más bien al concepto de la verdadera amistad: solemos sentir afecto por nuestros amigos, les echamos de menos, estamos dispuestos a ayudarles y a compartir nuestros más secretos pensamientos. La verdadera amistad es una capacidad especial, aseguran los psicólogos, por lo hay personas con mayor capacidad que otras de mantener relaciones de amistad.
Amor a cualquier edad, pero amistad no
La capacidad de tener amigos es un complejo fenómeno compuesto por la empatía y la comprensión y, por otra, la participación desinteresada en asuntos concretos. Si consideramos estos parámetros, de acuerdo con los resultados de las investigaciones, aproximadamente uno de cada tres jóvenes indica poseer estas cualidades.
El ámbito juvenil es conocido por ser el más propicio para la amistad. Es más fácil establecer relaciones de amistad en la infancia y la adolescencia. Este tipo de relaciones se suele mantener a lo largo de toda la vida, incluso si las personas pierden a sus amigos de vista, confirman los psicólogos.
Con amigos adquiridos en la edad adulta no ocurre lo mismo, con el paso de los años es cada vez más difícil encontrar amigos por el mero placer de estar juntos y conservar el vínculo con ellos.
Las investigaciones revelan que con la edad la amistad cede su espacio a las relaciones familiares y profesionales, la gente simplemente no dispone de tiempo para dedicarlo a su amigos.
No obstante, no todos los expertos coinciden en que en edad adulta las relaciones familiares sean capaces de reemplazar la amistad. La amistad entre familiares es posible, pero es difícil establecer este tipo de relaciones. La amistad se ve obstaculizada por la rivalidad y los celos, factores más característicos de las relaciones familiares, aseguran.
Los expertos aseguran que a medida de que pasa la vida, vamos perdiendo a nuestros amigos potenciales, porque no deja de intensificarse la percepción crítica de la gente. Estamos acumulando clichés negativos que nos impiden ver con buenos ojos a quienes nos rodean, enamorarse y adquirir amigos.
Los psicólogos no descartan que los actuales niños pudieran ser en la edad adulta todavía más solitarios que sus padres. Y no se trataría únicamente de la influencia de Internet.
En primer lugar, las relaciones entre los individuos están determinadas cada vez en mayor grado por el beneficio propio. El proceso de comunicación, según demuestran años de estudios, tiende a racionalizarse de manera paulatina. Y aunque para la gente joven todavía sigue teniendo valor, se observa una estable tendencia hacia el aprovechamiento de la comunicación para ciertos objetivos.
Segundo, el ambiente actual no propicia en absoluto el desarrollo de la capacidad de mantener relaciones de amistad. Los niños tienen ante sus ojos el ejemplo de los padres que van reduciendo su círculo de amistades. En la actualidad hay muy pocos productos cinematográficos destinados a niños y jóvenes que se dediquen a educar los sentimientos sociales. En cambio, tenemos numerosos programas televisivos, en los cuales problemas personales se someten a discusiones públicas.
En opinión de los psicólogos, tarde o temprano la humanidad habrá de enfrentarse a una nueva evaluación del sistema de relaciones interpersonales. La necesidad de establecer vínculos con otras personas y sentir emociones al respecto persistirá sin lugar a dudas, pero cambiarán las maneras de satisfacerla.
Hoy en día muchos son capaces de suplir esta carencia mediante juegos de ordenador. Así, el sistema de relaciones interpersonales sufrirá cambios, tras lo cual, tendrán que modificarse los existentes conceptos de la amistad, el amor y la familia, pronostican los expertos.