No sé a vosotros, pero a mí las escapadas de fin de semana me encantan. Hace poco nos fuimos a Lübeck, una ciudad norteña alemana a más no poder y famosa por ser la ciudad del mazapán. El principal motivo del viaje, era pasar tiempo con unos amigos alemanes de toda la vida que allí tenemos. Pero entre idas y venidas, siempre llevaba la cámara encima y no perdí oportunidad de fotografiar rincones bonitos que resultaron ser: ¡una auténtica inspiración visual!
Dicen que en Lübeck todo es medieval al más puro estilo gótico báltico. Y precisamente, es esta combinación de estilos tan peculiar: ¡la que le da ese carácter tan mágico a la ciudad! Si hay algo que no le falta, son callejuelas empedradas y fachadas de ladrillo rojizo. Y hay que ver lo bien que combinan con ambas, tanto las puertas en tonos pastel como los rosales florecidos (foto 2).
De las cosas que más me gustaron fueron: su ayuntamiento de ladrillo blanco lleno de adornos y contrastes (foto 12) y su antiguo almacén de sal (foto 7) situado a orillas del río. Su zona más comercial y peatonal tampoco está nada mal, donde se pueden tomar deliciosos cafés con helado, comprar el famoso mazapán Niederegger o simplemente observar a la gente del lugar. Pero para que os voy a engañar, yo con lo que más disfruté fue fotografiando fachadas llenas de color en las que no faltaba detalle, y sobre todo perdiéndome por sus característicos patios habitados. Claro, sin tener en cuenta las largas conversaciones desde el desayuno hasta la cena, cuyo propósito era sin más: ¡celebrar la amistad!
¿Qué me decís? ¿Conocéis esta ciudad? ¡Espero vuestros comentarios!
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