China tiene unas tradiciones que dejan perplejos a cualquier aficionado o profesional de temas religiosos y relacionados con la vida más allá de esta, China perece haber encontrado el elixir de la eterna juventud y se demuestra ese especial aroma que tienen algunos ancianos que cuentan sus vidas y sus historias como si fuesen adolescentes; la inquietud se refleja en los ojos de quienes les oímos a duras penas traducidos, pero sabemos que hay más, mucho más de lo que dicen estos venidos de la eternidad o que han sido tocados con el dedo de la inmortalidad. Sus leyendas les apoyan, sus historias tienen un lugar donde se hace realidad esa senda hacia el cielo y como decía la canción que nos marcó en la juventud, hay un senda hacia el cielo, hacia la inmortalidad.
Los viejos se refugian en cualquier cueva, en cualquier recodo del camino, allá en las altas cumbres de la montaña, sagrada para todos, admirada por todos, y que nos llama para hacernos conocer cual es el camino para alcanzar la inmortalidad, pero una inmortalidad que va por caminos diferentes a los que conocemos, es el camino que siguen las almas dejando el cuerpo en el suelo aquejado de miles de años. Y se deja notar en sus cánticos, en sus cuentos. Los labios casi cerrados por los años cuentan historias magníficas, llenas de belleza que contrastan con el escenario derrumbos que les rodea y en cambio, son felices porque sus almas han encontrado ya la inmortalidad tras hacer la senda completa que lleva a las cinco cumbres, a los cinco templos después de haber desafiado los principios físicos y espirituales. Somos energía pura si lo conseguimos.
La historia:
Respaldados por supuesto, por relatos de libros antiguos donde los ermitaños con más de cien años se mantenían sanos y jóvenes alimentándose solo de rocío y pan. Para ello tenían que seguir el sendero taoísta, los cuales en la dinastía Ming (1368-1644), habían alcanzado la unión con Tao. Los ocho inmortales de los cuales uno era una mujer que hizo votos de permanecer virgen toda la vida. Ninguno era de la misma época ni vivían en el mismo lugar. Un día el Gran Inmortal de las Nubes Blancas invitó a los ocho inmortales a un banquete en el paraíso de Pengai situada en el mar. Cada uno cruzó las aguas de una manera diferente:
LU DONGBIN llegó al paraíso caminando sobre las olas. Era un erudito que no pasó el examen imperial en la dinastía Tang (618-907) y se convirtió en un sacerdote taoísta errante.
*CAO GUOJIU cruzó el mar ataviado pobremente en un colador de mimbre. Era cuñado de un emperador de la dinastía Song (960-1279). Indignado por las maldades de su hermano pequeño y temeroso de verse implicado en las mismas, distribuyó su riqueza entre los pobres y se hizo taoísta.
*LAN CAIHE hizo el viaje sobre ocho losas de jade.
*IRON CANE LI era un inmortal cojo, con aire de vagabundo descuidado, que caminó por el mar con la ayuda de una caña.
*HAN XIANGZI navegó en un barquito de recreo que había sacado por arte de magia de un cesto de flores. Era sobrino de un famoso escritor de la dinastía Tang.
*ZHANG GUOLAO siempre cabalgaba hacia atrás en un burrito blanco que al parecer podía recorrer diez mil kms al día. Flotó por encima del mar en una calabaza mágica que llevaba colgada a la espalda.
*ZHON LIQUAN utilizó un abanico para atravesar el mar.
*HE XIANGGU era la única mujer entre los ocho. Danzó sobre las aguas sosteniendo una flor de loto.
El Lugar:
Hay una inscripción en una roca que lleva a la meta: Todo aquel que sobrepase este punto se convertirá en medio inmortal’. Seguí subiendo penosamente. Sin embargo, dudo de si volveré a tener la fuerza o la valentía de ascender de nuevo el Monte Hua-Shan para ver si puedo inmortalizar mi otra mitad”. El escritor norteamericano Foster Stockwell durante la ascensión que realizó al monte Hua-Shan en 1983. Muchos le han seguido y aquellos que coronan los cuatro picos de esta montaña también han experimentado la rara sensación de “convertirse en medio inmortal”, aunque no estén dentro de las normas y dogmas del taoísmo ni saber nada sobre la inscripción.
Y sin embargo, los monjes taoísta lo han conseguido, con esa poderosa fuerza que da el realizar las tareas más duras sin apenas comer ni dormir y descansar en los lugares más inimaginables. Ellos son los constructores del sendero que lleva a la cima, una escalera que a modo de vía celeste T’ien-tao no lleva a rozar el espíritu del Tao.
Desde hace mucho tiempo el monte solo ha tenido un único sendero, difícil de comprender si no se ve por si mismo, estrecho y con la sensación de peligro en todo su recorrido. Pusieron cadenas para subir por los escalones (unos diez mil) que están esculpidos en las rocas y sin embargo en algunos tramos hay que sujetarse con las dos manos porque se pierde el sentido de la orientación y del miedo. Hay lugares donde hay precipicio a ambos lados, como el llamado Dragón Negro que solamente tiene 80 cms de anchura en una arista única y empinada que sube y sube. Otros tramos se denominan cuellos de botellas que llegan a la calificación de muy peligrosas cuando curiosamente hay muchos peregrinos. La idea de ver el cielo y el agua tan cerca y tan lejos, hace que se pierda todo tipo de referencia de donde se está y hacia donde se va.
El lugar más peligroso es el llamado Garganta de los cien escalones. Y después el Puente de los Dos Inmortales y el Entrecejo del Mono que da paso al caerya que nos indica que estamos Subiendo a la escalera del Paraíso. En primavera que es la mejor época para visitar e intentar subir, vemos a muchos, miles de peregrinos chinos que visitan el monte como si estuviesen haciendo una excursión. Allí entre lilos y almendros en flor se puede observar a ancianos y ancianas de pies deformes subiendo como si tal cosa este increíblemente hermoso camino del cielo.
Es muy dificil alcanzar la meta, porque hay que estar física y mentalmente preparado, pero es importante ya que estamos en la zona poder ver el paisaje, los precipicios verticales, las cascadas, los manantiales, los pinos centenarios y sobre todo los ancianos peregrinos que se mueven como una fila de hormigas por el camino hasta perderse en el cielo supongo que de la inmortalidad. Dichosos ellos que han llegado a tal equilibrio mental y corporal.
La historia de la construcción es un misterio más, se cuenta que el filósofo Lao Tse que vivía en esta zona, hizo los escalones con un arado de hierro en tan solo una tarde. A base de cuerdas atadas a las rocas, hicieron el camino por los desfiladeros y llevó los materiales para las construcción de los muchos templos que coronan los cinco picos. La explicación de como llegaron esas enormes piedras a estos lugares extraños para ellas, nos deja asombrados: monjes sujetos con cadenas, cuerdas, lianas y andando a gatas por esos desfiladeros.
Hoy en día se sube a hombros todo lo necesario para abastecer los templos y los refugios que hay en el camino. Desde Hua Shan (pequeño pueblo que hay en su falda) hasta coronar la última cima se tarda 10 horas sin descansar. Por lo tanto hay que hacer noche hasta llegar a él.
Curiosidades:
Las incontables inscripciones caligráficas que han dejado en las rocas de la montaña algunos sabios, poetas y pintores que se han aliado con la naturaleza para dejar su señal sin ultrajarla. Se hacían sobre papel y con pincel previamente y después copiadas en la piedra. Hay pensamientos, poemas en chino, odas a los templos, señales….
Los templos:
El templo de la Primavera de Jade se encuentra en la base del monte y fue construido hace más de novecientos años en memoria del monje taoísta Chen Tuan. Al parecer, Zhao Kuangyin, el fundador de la Dinastía de la Canción del Norte (960-1127), jugó un día al ajedrez con dicho monje, pero el futuro emperador perdió la partida y la montaña se convirtió en propiedad de los taoístas. Desde entonces los emperadores feudales de las dinastías posteriores nunca exigieron tributo a los taoístas de Hua-Shan. El sitio de la famosa partida de ajedrez se ha preservado y hasta principios del siglo XX poseía un tablero de ajedrez con las piezas colocadas tal y como estaban al final de aquella famosa competición.
Los Picos y sus leyenas:
El Pico Medio de Hua-Shan también se llama el Pico de la Chica de Jade. Se dice que en primavera y en otoño Nongyu, hija del duque Mugong del estado de Quin, fue atraída por el sonido de una flauta que tocaba Xiaoshi. Abandonó su vida en la corte y volando en un fénix siguió a Xiaoshi hasta aquel pico para vivir recluida allí.
El Pico Oeste tiene una gigantesca grieta en la mitad como si se hubiera partido con un hacha. Los sacerdotes del templo todavía muestran la marca. En el mango de un gran hacha hay una inscripción que narra la historia: se dice que un erudito que iba de camino a Chang’an para pasar un examen imperial atravesó el monte Hua-Shan y allí se encontró a la diosa del monte. Se enamoraron y tuvieron un hijo. Como a los inmortales no se les permitía amar a los mortales, la diosa fue apresada bajo la gigantesca piedra. Cuando su hijo creció consiguió partir la piedra con un enorme hacha y liberó a su madre.
También dice la leyenda que los taoístas inmortales se elevaban al Cielo desde las cumbres de Hua-Shan. Ellos se elevaban al cielo, igual que todo aquel que ha subido a Hua-Shan se ha convertido en “medio inmortal” y ha estado más cerca del cielo.
DAMADENEGRO 22/5/2010
: 1005226364348
Título: HUA-SHAN: EL MONTE DE LOS INMORTALES
Fecha de registro: 22-may-2010 19:02 UTC
Autor: damadenegro
Tipo de obra: Literaria, Narrativa, Ensayo