El film abre con unos títulos de crédito creados mediante infografía, que de ser menos violentos, servirían bien en su propósito a una clásica película de 007. Sin embargo, dicha apertura deja bastante claro el tipo de producto que es Hardcore Henry.
No recuerdas nada, principalmente porque has sido devuelto a la vida por tu esposa. Eres un cyborg llamado Henry y cuando descubres lo que ha sucedido con tu mujer, tu objetivo será vengarte atravesando toda Moscú si es necesario.
La historia es tan ramplona como la premisa y el desarrollo, quizás, demasiado esquemático y repetitivo, situación que no mejora con los minutos. La historia no emociona ni nos mantiene en tensión. Las carencias que se pueden atribuir a la propuesta, sobre todo, en lo argumental y en el desarrollo de la historia, se ven compensadas con las secuencias videocliperas de extrema violencia. Hardcore Henry es una propuesta muy visual.
Filmada en primera persona, Hardcore Henry utiliza el mismo ‘motor gráfico’ que los videojuegos shootem up. Videojuegos como Call Of Duty o Doom son ‘citados’ a lo largo del film. Aunque, la lista de juegos de dicho estilo a los que el film hace referencia, es interminable.
Con dicho punto de vista, la película nos sumerge de pleno en el campo de batalla, nunca mejor dicho. Y nos conduce por una estrepitosa y sangrienta propuesta en una vertiginosa carrera contrarreloj que se nutre y sustenta siempre en lo visual.
Es menos creíble que una película de acción filmada en 3ª persona, pero nos acerca e implica mucho más en las acciones del personaje principal. Y dada la principal característica del film, es presumible en ese campo.
Contrario al mundo del videojuego, el punto de vista es tan poco habitual para una película, que es, incluso, novedoso en el género cinematográfico. No recuerdo haber visto un trabajo audiovisual de semejantes características técnicas, a excepción del propio cortometraje dirigido por Ilya.
El esquema es parecido al de Crank, dirigida por Mark Neveldine y Brian Taylor e interpretada por Jason Statham. Incluso, se permite hacer una referencia en cierto momento del film. Pero la estructura y desarrollo es como la de un videojuego que se completa por misiones/pantallas. En el que cada nuevo pantalla/nivel, tiene una única finalidad, masacrar el mayor número de enemigos sin importar demasiado lo demás. En ese aspecto, Hardcore Henry cumple bien.
Hardcore Henry desafía las leyes de la física y la lógica. La falta de realismo y su estructura alejada del lenguaje cinematográfico, su argumento poco elaborado y su previsible desenlace, convierten la película en una partida de PC/Consola de apenas 90 minutos, que funciona tremendamente bien en el ámbito visual.
En cada nueva secuencia de acción, la pantalla/visión de Henry se tiñe de hemoglobina, explosiones, desmembramientos, roturas de extremidades y masacre sin sentido. El auténtico motivo, por no decir único, por el que Hardcore Henry nos mantendrá pegados a la pantalla, la brutal y sangrienta matanza perpetrada por Henry en su misión.
Sin embargo, no osaría a proyectar la película a cámara lenta, creo que se verían muchos de los fallos que nuestra retina pasa por alto a cámara rápida.
La aparición de Sharlto Copley (Distrito 9) sirve de pausa entre dichas ‘misiones’, aunque, sus momentos oníricos no me terminan de encajar en el contexto del film. En cada nueva aparición, su rol es distinto y no queda bien clara la función e intención de cada uno de ellos.
Sus repentinos desvanecimientos, tampoco dejan claro si realmente son todos el mismo personaje interpretando distintos roles, o son distintos personajes interpretados por el mismo actor.
Al menos, yo no he entendido bien esa ‘ecuación’. Aunque, entrados en la masacre, poco importa. La película se nutre y sustenta del campo visual, no del argumental.
Pero pienso que con una historia más elaborada y mejor narrada, la película podría haber sido la rehostia, con perdón de la malsonante expresión.
La historia nos presenta un futuro no demasiado lejano con un nivel tecnológico más futurista del que disponemos actualmente en la vida real, pero que estéticamente no difiere en exceso.
La banda sonora compuesta por distintos artistas y canciones, realzan el mencionado toque de videoclip que ya había mencionado, haciendo que las escenas sean más amenas en su repetitivo esquema. A destacar el Dont Stop Me Now de Queen, en una de las secuencias que Henry arrasa a su paso.
Una propuesta distinta en aspectos técnicos, visualmente entretenida gracias a sus altas dosis de violencia explícita y bastante bien llevada en lo visual pero con poca gracia en lo argumental. Ideal para ver una vez como curiosidad.
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