Fear, Inc. buscando sensaciones fuertes

Después de dirigir varios cortometrajes y tres capítulos de la serie The Walking Fred, el director Vincent Masciale junto al guionista Luke Barnett, colaborador habitual del realizador, convierten un cortometraje propio realizado en 2014, de idéntico título, Fear, Inc. en un largometraje que hemos podido ver en el marco del Festival de Sitges 2016.

Como cualquier fan del cine de terror, Joe tiene dificultades para encontrar cosas que le provoquen verdaderos escalofríos. Un día, contrata los servicios de una misteriosa empresa, que se dedica a hacer realidad los peores miedos de sus clientes.

Una película que no trasciende pero que resulta suficientemente entretenida a pesar de su planteamiento inicial que, inevitablemente, recuerda a The Game de David Fincher. Por suerte Fear, Inc. no es un calco.

Mientras que el director de Seven, con un tono muy opresivo, llevaba el particular ‘juego’ al extremo, angustiando al espectador tanto como a su protagonista. Fear, Inc. empieza con un tono serio, pero cambia de piel a mitad del metraje y, sin perder de vista del todo el terror al que rinde homenaje, apuesta por la comedia negra. No llega al desenfreno total de La cabaña del bosque (The Cabin In The Woods), pero es comparable en su esencia.

Fear, Inc. incluye muchas referencias y guiños al cine de terror de los 90, destacando Scream por encima de otros. Pero sus efectos especiales artesanales, bastante conseguidos para el tipo de producto, y la descerebrada puesta en escena le dan un toque ochentero.

Las interpretaciones son más que correctas por parte de la pareja principal, a los que dan vida Lucas Neff (Glitch) y Caitlin Stasey (All Cheerleaders Die). En cambio, la pareja invitada de amigos interpretada por Chris Marquette (La vecina de al lado) y Stephanie Drake, asume su condición de actores secundarios desde el principio, no afecta a la calidad del conjunto, pero deja ver una diferencia entre las interpretaciones de las dos parejas.

En el tramo central del film la historia parece flaquear, ya que se vuelve un poco previsible y se intuye claramente el final, pero el doble desenlace puede coger a más de uno por sorpresa. Una propuesta modesta, como la crítica que me ha quedado, pero que es curiosa de ver y que, por suerte, no aburre en ningún momento.

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