Entre los cuestionarios y las fotos de sus hijos y perros, los resultados fueron bastante claros: cuando se trata de bebés y perros, las mujeres no notan la diferencia. De hecho, en algunas mujeres, su cerebro responde con mayor fuerza a las fotos de sus perros que a las de sus hijos.
La investigadora principal del estudio, Lori Palley del Hospital General de Massachusetts, explicó: "Las mascotas ocupan un lugar especial en el corazón y la vida de muchas personas, y existe evidencia convincente de estudios clínicos y de laboratorio que indican que interactuar con mascotas puede ser beneficioso para el bienestar social y emocional de los humanos".
Los bebés peludos evocan emociones y sentimientos fuertes en los humanos. La intensidad de nuestro amor por ellos es claramente visible en la resonancia magnética funcional, donde las partes del cerebro asociadas con la "emoción, recompensa, afiliación, procesamiento visual e interacción social" muestran un aumento en la actividad cuando a las mujeres propietarias de mascotas, les muestran fotos de sus pequeños paquetes de alegría.
Por lo tanto, la próxima vez que escuches a una mujer diciéndole a su perro que es como su hijo, no la mires feo. Ese perro es su bebé tanto en su corazón como en el cerebro.