Imagina. En medio de este calor sofocante que estamos sufriendo en Madrid, en Sevilla, en Barcelona o en Zaragoza, hay pequeños paraísos a los que podemos escaparnos para disfrutar de unas vacaciones sosegadas disfrutando de playas idílicas en lugares como la pequeña isla de Djerba, en Túnez.
Esta isla, situada en el golfode Gabés, es un auténtico edén que cuenta con una atmósfera mediterránea y sahariana a la vez. Por esta isla han pasado cartagineses, romanos, bizantinos, árabes desde el año 667, o tribus hilalianas procedentes de oriente en el siglo XI. Una mezcla de culturas que se plasma en un paisaje lleno de palmeras, olivos, almendros y jazmines que envuelven a la arquitectura típica de la isla, en la que predominan los tonos blancos y las formas redondeadas.
En total, la isla de Djerba tiene 125 kilómetros de costa, ofreciendo un microclima agradable ideal para bañarse en las playas de fina arena blanca y aguas turquesas durante todo el año. Si además de playa y deportes naúticos quieres respirar el auténtico sabor de la isla, lo mejor es acercarse a su capital, Houmt Souk, una localidad que invita a recorrer la media y sus zocos para descubrir la artesanía local, con abunte presencia de cerámica, telas, alfombras árabes, especias, artículos de cuero o joyas. Sin olvidarnos por supuesto de la subasta matinal de pescado en la lonja de la ciudad.
Para los amantes de la cultura, es imprescindible visitar el Museo de Artes y Tradicionales Populares de la ciudad, ubicado en una antigua “zaouïa” (centro de enseñanza del Corán) del siglo XVIII, en el que que exhibe colecciones de trajes, joyas y alfarería de origen judío y musulmán. En torno al puerto se sitúa el histórico Fuerte Ghazi Mustapha, o Borj al-Kabir, construido en siglo XIII por el almirante de Aragón y Sicilia Roger de Lauria, sobre las ruinas de lo que fue una fortaleza romana. Este punto de la isla ha sido testigo de disputas durante siglos, principalmente, entre españoles y otomanos, y goza de buen estado de conservación.
La isla también alberga más puntos de interés turístico, como la sinagoga de La Ghriba, que cuenta con una de las torás más antiguas y acoge todos los años un peregrinaje que atrae a creyentes judíos llegados de todas partes del mundo. En esta misma localidad se puede visitar el museo al aire libre de street art Djerbahood, que desde 2014 exhibe obras de un centenar de grafiteros de 30 nacionalidades distintas.
Cerca del faro de Taguermess se encuentra el parque temático Djerba Explore, visita aconsejada especialmente para ir en familia. Se compone de tres espacios diversos: el Museo Lalla Hadria –con una colección de 1.000 obras de arte que abarcan 13 siglos de historia–, Djerba Heritage –donde viajar en el tiempo para presenciar cómo era la vida y costumbres en un “menzel” tradicional–, y una granja con 400 cocodrilos del Nilo que habitan entre estanques y un invernadero.
Nacho Viñau Ena
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