decoran mi cuerpo con una linea fina y espesa,
no me agrada el color de la sangre,
no me agrada que resbale en mi, me siento aprisionada,
el camino que tomaba cada atardecer no es más que niebla, tenebrosa, escalofriante,
mis manos aun no dejan de temblar,
palidas y frías anhelan el roce de los dedos que alguna vez en un día calido,
entrelazaba con suavidad
Mi mente se ha congelado y no existe nada que logre que vuelva a su estado natural, nada,
tan solo ella misma, aunque decayó, murio de frió, de sed, de luz
Han estallado mis ojos,
la pupila no se expandirá nuevamente y mi cabello no jugará con el viento,
no volvere a esconderme entre los arboles,
no volvere a silenciar mis pensamientos con el sonido de aquellos gigantes,
no lo haré de nuevo
Mi espíritu se ha elevado, aparecio vestido de negro, y seguirá su camino,
esquivo cada puente,
derramo cada gota de nuestro vaso,
bostezo en honor a tu precensia,
murmuro sobre tus labios etéreos que pasaron a ser mi fantasía,
epifanos sueños, han mutilado mi efervescente corazón,
han secado mi sangre,
y si, hoy también he vestido de negro,
hoy no me desvío de ti, me enfrento ante ti.