Muchas culturas desde la india o la tibetana, hasta la de los indígenas americanos, han utilizado los mandalas en su arte y en sus ceremonias religiosas. Sin embargo, fue Carl Jung, quien comenzó a explorar sus posibilidades en el mundo moderno.
La palabra mandala proviene del sánscrito y significa recipiente de la esencia o puerta de vida. Las imágenes mandálicas son siempre circulares y se irradian a partir de un punto central. El círculo sugiere totalidad, unidad, útero y eternidad; y el punto del centro, simboliza el si mismo o self, la esencia del ser humano.
Esta técnica, que consiste en dibujar o pintar imágenes organizadas alrededor de un centro, es una excelente herramienta para equilibrarse, conocerse más y proyectar al mundo nuestros deseos, así como realizarnos a nosotros mismos. Su uso, además, permite superar la depresión, aumentar la auto estima, ejercitar la paciencia, la escucha, la concentración, la creatividad y reencontrarse con los deseos más profundos del corazón para convertirlos en realidad.
A continuación te propongo conocer algunos ejercicios que se pueden efectuar con mandalas:
I) Escucharse a sí mismo
Apunta a conseguir equilibrio, relax y a mejorar la escucha interior. Es ideal para el caso de conflicto, estrés o cuando cuesta unir el sentir, el pensar y el hacer.
Consigue una hoja o cartulina blanca, un compás o un objeto circular y un lápiz. Busca un lugar tranquilo y dibuja un círculo y un punto en su centro. Observa esta imagen sencilla durante tres minutos. A continuación dibuja en el interior del círculo aquellas imágenes que te gusten (ying y yang, una estrella, ondas, etc. siempre y cuando sean líneas geométricas. No te restrinjas, permite que tu interior se exprese. Finalizado el dibujo, comienza a pintarlo de afuera hacia adentro. Mantén la dirección del trazado durante todo el trabajo. Elije los colores sin pensarlo demasiado, deja que tu intuición te guíe. Puedes usar crayones, lápices, resaltadores, marcadores, témperas u óleos. Cuando termines, dedica unos cinco minutos a contemplar el efecto que produce tu obra terminada. Pónle un nombre (una palabra o una frase). Aunque aún no te des cuenta, estarás poniendo nombre a lo que no puedes todavía expresar, Todo tu mundo inconsciente y consciente están energizándose gracias a este ejercicio. Finalmente realiza su propia interpretación del mandala guiándote por los cuadros de significados de formas y colores (ver cuadro al final de este artículo).
II) Mejorar la comunicación
Este ejercicio se realizará por dos personas. Puede hacerse con la pareja, un amigo o un familiar de confianza. Elije aquella persona con quien desees mejorar la expresión de sentimientos y conocimiento mutuo. Necesitarán varias hojas en blanco y un lápiz cada uno.
Siéntense ambos en un lugar en que estén tranquilos. Cada uno deberá escribir, sin mostrarle al otro, el mensaje o sentimiento que desea expresar a su compañero en este momento (te amo cada día mas, necesito sentirme mas libre en la relación, te pido perdón, etc.) A continuación, doblen sus papeles y colóquenlos cada uno en un sobre. Tomen una hoja en blanco nueva cada uno y elementos de dibujo y pintura. Realicen el mandala como se explica en punto I, pero cambiando esta vez la dirección de los trazos, que serán todo el tiempo desde el centro hacia afuera. El tiempo para realizar los mandalas no debe exceder de media hora. Luego intercambien los dibujos e intenten interpretar el mensaje que el otro ha querido transmitir, ayudándose con el cuadro de significado indicados al final del artículo, y su propia intuición. Comenten por turnos lo que creen que el otro deseaba expresar a través del mandala. Permitan que cada uno explique su verdadero mensaje e intercambien los sobres. Finalicen el ejercicio con un abrazo.
III) Diario de sueños para estimular habilidades psíquicas
Este ejercicio se realizará al levantarte, que permite mejorar tus capacidades extrasensoriales (telepatía, clarividencia, premonición, etc.)
Deberás poner tu despertador unos veinte minutos antes del horario habitual. Tiene a mano un anotador que será tu diario de sueños, junto a tu cama. Además algunos elementos de pintura y dibujo.
En cuanto despiertes, sin levantarte de la cama, fecha una página nueva en tu anotador y dibuja un círculo. Realiza las líneas o garabatos que te surjan sin reprimite. Escribe debajo del mandala como te sientes y alguno de los detalles que recuerdes de lo soñado mientras dormías. Al finalizar la semana, tomate un tiempo y obsérvalos en secuencia. Te asombrarás de ver que muchísimas veces tu inconsciente te da anticipos en sueños de los sucesos que vivirás en la vida cotidiana ese día o los siguientes, tanto para ti como para tu entorno. Cuanto más lo practiques, mas incrementarás tu premonición. El inconsciente registrará que estás tomando en serio tu trabajo y te recompensará por eso.