INTRODUCCIÓN
En flores, plantas y rocas, en las células y en los átomos, en los movimientos de los objetos del universo. Los mandalas, entendidos como una representación organizada alrededor de un centro, forman parte de la naturaleza de la que estamos hechos y que nos rodea. Quizás, por este motivo, desde los más antiguos vestigios pictóricos de la humanidad el mandala ha estado siempre presente en las representaciones artísticas de todas, absolutamente todas, las culturas que han poblado la tierra. El mandala forma parte de nuestra identidad y de nuestra historia.
Cada sociedad ha dotado a estas representaciones plásticas de una simbología y unas propiedades especiales. Para los budistas es un poderoso método de meditación, en las vidrieras de las iglesias y catedrales cristianas representa el poder de absoluto de Dios, para la cultura Maya una forma de ordenar y representar el tiempo… Estamos ante una potente forma de representar el mundo que nos rodea.
Los mandalas son una pontente forma de representar el mundo presentes en todas las culturas.
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Estas representaciones han evolucionado a lo largo de la historia y las culturas y han llegado a nuestra sociedad con más fuerza que nunca. Desde hace unos años el uso de los mandalas se ha popularizado enormemente. Podemos encontrarlos en las prendas de moda más exclusivas, en los objetos que decoran nuestros hogares entre otros muchos fines ¿Puedes recordar el último mandala que has visto?
Inspírate: 8 ideas creativas para decorar tu hogar con mandalas.
TERMINOLOGÍA
Antes de continuar aprendiendo sobre el universo de los mandalas es importante que hablemos con propiedad.
El término mandala fue usado por primera vez por el psicoanalista Carl Gustav Jung quien descubrió y documentó las propiedades de estas imágenes como un recurso que ayudaba al equilibrio mental de sus pacientes. Más tarde, los miembros del grupo R.Y.E. (Recherche sur le yoga dans léducation, asociación de Yoga de origen Francés) descubrieron los efectos positivos de estas representaciones en la vida cotidiana de las personas.
Pero ¿Qué significa y de dónde viene el término Mandala? Mandala es una palabra de origen Sáncrito(India, Tíbet), hace referencia a la idea de “Pensamiento contenido en un círculo” y nos invita a trasladarnos a las religiones budistas o incluso al mundo esotérico. Pero, cómo hemos visto, no debemos restringir el mandala a una cultura en concreto pues lo encontramos a lo largo y ancho de todo el globo y en todos los periódos de la humanidad. Quizás, por ello, sería más correcto referirnos a él cómo “dibujo centrado”.
Mandala es un término de origen Sáncrito y significa “Pensamiento contenido en un círculo”.
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Aún así, Mandala es una palabra bonita, sencilla y fácil de recordar por lo que te dejo a ti, siendo consciente de su significado, que elijas qué terminología prefieres usar de aquí en adelante para identificar este tipo de representaciones. Por mi parte seguiré utilizando el término “Mandala” en este escrito y en todos mis trabajos evolucionando su significado a un contexto global.
PROPIEDADES
Los mandalas no son un simple dibujo. Sus características trascienden al simple arte pictórico y sus propiedades han ascendido hasta los más místicos efectos. Sin duda algo tienen estas representaciones que las hacen tan especiales y que todas las culturas han coincidido en dotarlos de atributos casi mágicos.
Podríamos hablar largo y tendido sobre este punto pero pasaremos brevemente a describir tres de sus principales propiedades que te servirán como punto de partida para descubrir por ti misma/o todas las demás.
- Relajación: La elaboración de un mandala, por sus evidentes características, consigue captar nuestra completa concentración. Este hecho ha sido utilizado durante siglos como método de meditación. Con ellos conseguirás relajarte física y mentalmente.
- Creatividad: Cuando te adentras en el dibujo de los mandalas tu cerebro comienza a buscar inspiración, formas y patrones en el mundo que te rodea. Tu creatividad empieza a fluir y desarrollarse. Son un fantástico ejercicio para ejercitarla.
- Equilibrio: Ligado a los dos puntos anteriores, dibujar mandalas activa en profundidad y a todos los niveles nuestro cerebro produciendo un estado general de bienestar y satisfacción y permitiendo un equilibrio entre cuerpo y mente.
Cada persona, según sus circunstancias, vivirá con estos dibujos una experiencia única y se nutrirán de sus características de forma diferente. En mi experienci he trabajado los mandalas con niños convirtiéndose en una potente herramienta pedagógica. En el extremo opuesto, también he comprobado los múltiples beneficios de estos dibujos en enfermos de Alzehimer.
Debemos tomar conciencia del poder y las propiedades de la representación plástica de un mandala. No se trata de un simple dibujo.
Más información y bibliografía
- Carl Gustav Jung El simbolismo del mandala
- Seminario breve: El mandala
- Marie Pre: Mandala Instrumento de crecimiento
- Designia
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