A veces, cuando aparece una App nueva, una plataforma digital o una página web, te das cuenta de lo lista que es la gente, y con ello no me refiero necesariamente a que sea inteligente, sino más bien espabilada. ¿Por qué? Pues porque descubres que algunos son proyectos, ideas o negocios que ya existían, pero que un "listillo" se ha tomado mucha prisa en digitalizar, plantear empresarialmente o simplemente comercializar.
Es precisamente esto lo que me ha venido a la cabeza cuando he descubierto la nueva web EatWith. Se trata de una página muy parecida a la de Airbnb, pero de comida. Si Airbnb apuesta por el alojamiento en casas privadas, EatWith lo hace en cocinas o comedores particulares.
No cabe duda de que es una idea genial y enriquecedora el sentarte a la mesa de unos desconocidos que te han preparado su plato estrella y charlar. Toda una experiencia más allá de lo puramente gastronómico. Sin embargo, esto es algo que lleva haciéndose en Cuba "desde Dios sabe cuando"; comer en los auténticos "paladares", como lo llaman, de La Habana. Casas particulares donde puedes ir a comer platos típicos de allí como langosta o arroz a la cubana. Y de paso los autóctonos se sacan unas perrillas extra más allá de su ración mensual.
Pero ahora ha llegado un tal Guy Michlin, de procedencia israelí, y ha dicho: "recorcholis, no quiero seguir comiendo en restaurantes para turistas cuando viajo, quiero degustar la auténtica comida local". Así es cómo ha decidido invertir cuatro meses y todos sus ahorros en poner la web en marcha. Logró financiación de un fondo de inversión de Tel-Aviv y empezó a expandir el servicio alrededor del mundo. Para más inri, a pesar de haber sido "engendrada" en Creta y nacido en Tel-Aviv, Barcelona se ha convertido en la gran abanderada de EatWith. Toma esa.
A día de hoy, esta plataforma web está disponible en 30 ciudades de más de 20 países distintos y la demanda por entrar a formar parte de su oferta sigue creciendo. Según la compañía, tienen solicitudes provenientes de más de 100 países distintos. La selección de los anfitriones se hace tanto en base a sus habilidades culinarias como por su capacidad para entretener. El negocio está en añadir un recargo del 15% al precio que fija el anfitrión.
Iluminados que han pegado el braguetazo con cosas que ya se venían haciendo en otros países o culturas. A veces una idea de negocio puede ser simplemente ponerle nombre a algo que ya existe, pero algo que todavía nadie sabe reconocer.
¡Buen fin de semana fisgones!