Me acordé de un modelo que utilizaba yo cuando niña, lo vendían en los kioskos e hizo furor durante algunos veranos. Eran frágiles pero también baratos así que con 100 pesetas podías pasarte varias tardes dibujando figuras de colores en el aire y lanzando el invento cual meteorito, ahí era cuando se rompía pero... ¡Ya tocaba la paga de la semana!.
Cómo no he vuelto a ver algo similar nos hemos arremangado para construirnos nuestras propias cariocas sencillitas y resultonas. Es una manualidad absolutamente apta para peques con un poquitín de ayuda de los mayores.MATERIALES:
Cintas de papel crepé.
Cuadrados de tela de unos 5x5 cm.
Un puñado de semillas, cereales o legumbres (Nosotros hemos usado maíz esta vez, lo que nos sobró lo convertimos en palomitas).
Tijeras.
Cordel.
Las tiras de papel crepé las cortamos con una longitud que sea cómoda para la altura del peque. Yo he usado como referencia la distancia entre la punta de sus dedos y el hombro del brazo contrario. De este modo no se les enreda demasiado y al mismo tiempo tiene un tamaño suficiente para poder realizar bonitas figuras con ellas.
Cortamos los cuadrados de tela y colocamos sobre ellos en el centro un puñado de maíz. Lo cerramos en forma de hatillo.
Añadimos al hatillo la punta de una cinta de papel crepé. Con ayuda del cordel realizamos un nudo bien apretado en torno a nuestro hatillo. Es importante asegurar bien este nudo ya que la carioca va a girar a gran velocidad y puede llegar a golpear con alguna superficie, en nuestro primer prototipo no apreté con suficiente fuerza y el resultado fue una lluvia de maíz por el salón, en esos momentos lamenté no tener gallinas en casa... o suelo radiante.
Y nada más, en un periquete tenemos un nuevo juguete que nos permite trabajar la coordinación ojo mano y divertirnos dibujando figuras en el aire. ¡Listos para jugar!