1. UNA LIBRERÍA
¿Qué mejor manera para refugiarse de la lluvia y el frío que hacerlo entre libros? No me digas que no pasaríais una tarde de invierno culebreando en la librería Lello e Irmao. Si inspiró a J.K. Rowling para escribir Harry Potter, ¿qué no hará con nosotros? Lo más probable es que esté llena, ya que se trata de un atractivo turístico además de literario. La librería más famosa de Portugal se encuentra junto a la Torre de los Clérigos de Oporto y cuenta con una de las escaleras de madera más espectaculares que existen. Además, podrás tomar un café o un té frente a la cristalera de la segunda planta.
2. UNA CAFETERÍA
Pero si prefieres dar prioridad al café sobre la lectura, te recomendaría dos lugares en Oporto: el mítico Café Majestic (aquí conviene que te recrees en la suerte, ya que no es un sitio barato: el café cuesta 3), o la Confitería Do Bolhao, un lugar más mundano en el que podrás degustar los dulces típicos portugueses.
3. UN SPA
Pasar una tarde en un spa siempre es recomendable, pero en invierno debería estar prescrito por el médico. Sobre todo si el spa en cuestión es un encantador hotel de un pueblo de La Alcarria, tiene chimenea en permanente combustión, está acristalado y dispone de una interminable oferta de masajes. Mi recomendación se llama Spa Niwa, está en Brihuega, en primavera es un punto blanco entre campos de lavanda y los fines de semana tiene la capacidad de parar el reloj.
4. UNA BIBLIOTECA
La Biblioteca Pública de Nueva York podría describirse como un plató de cine: te resultará tan familiar como el salón de casa y, al igual que en los estudios de grabación, hay que transitar por ella en silencio. Este grandioso lugar ha soportado tormentas apocalípticas, invasiones extraterrestres y glaciaciones (cinematográficamente hablando, claro), así que una tarde de mal tiempo será como pasear por el campo.
5. UN PABELLÓN
Sin salir de Nueva York, el mejor recinto deportivo para refugiarse es, sin duda, el Madison Square Garden. Da igual cuándo visites la Gran Manzana, siempre podrás asistir a un evento en directo: ver a los New York Knicks en la NBA, descubrir el hockey hielo con los Rangers, ver la NCAA, la WNBA, asistir a un rodeo o al concierto de tu grupo favorito. O dejar pasar la oportunidad, como hice yo. El primer día que pisé Nueva York pasé junto al Garden y me sorprendió ver a un gran multitud melenuda vestida de negro. Resulta que aquella noche tocaba Metallica. Me ofrecieron una entrada (muy bien de precio) y yo, supongo que en estado de shock por mi inesperada buena fortuna, la rechacé. Algún día os hablaré de mis equivocaciones en los viajes.
6. UNA CERVECERÍA
Y, para calentar el cuerpo, la famosa cervecería Hofbräuhaus de Múnich. No tiene pérdida: la encontrarás en el centro de la ciudad, a unos pasos de la Marienplatz. Fue inaugurada en 1589 y reconstruida tras la II Guerra Mundial. Es una especie de Plaza Mayor de Madrid pero con techo y sin aperitivos con la cerveza. Su aforo es de 2.500 personas y, al parecer, cada día pasan unas 35.000, así que os sentiréis arropados. Si la Paulaner os abre el apetito, justo al lado tenéis el restaurante Haxnbauer para comer codillo.
7. UN MUSEO
Habrá quien prefiera la calidez de un museo, opción especialmente recomendable en Amsterdam. Mi consejo sería acudir al Van Gogh Museum, aunque para ello conviene ser una apasionado del pintor holandés y conocer su biografía. Si es así, te aseguro que no querrás salir. Si no, podrás pasar la tarde en el Rijksmusem, una de las pinacotecas más completas del mundo, recientemente remodelada por dos arquitectos españoles: Cruz y Ortiz, autores del nuevo estadio del Atlético de Madrid.
8. UNA ZONA DE OCIO
El frío alcanza su máxima expresión en Liverpool. Si la temperatura no es suficientemente baja, la humedad hará el resto, así que conviene ponerse a buen recaudo. El lugar que os propongo es el Royal Albert Dock, donde la oferta es amplísima. Allí encontrarás el museo de los Beatles (The Beatles Story Experiencie), el de arte moderno (Tate Liverpool) y el museo marítimo, así como galerías, bares y restaurantes. Cuenta con una oferta especial en Navidad, es zona de copas por la noche y, encima, es bonito.
9. UNA IGLESIA
Si quieres rezar para que salga el sol y disfrutar de los encantadores Navigli de Milán, hazlo en el Duomo; te sentirás plenamente inspirado. Por fuera, su fachada revestida de mármol lo convierte en una catedral única. Mide 157 metros y está coronado por múltiples pináculos y estatuas. Dentro caben unas 40.000 personas (eso dicen), así que no tendrás problemas de espacio. Y luego está la terraza panorámica, donde la espectacular vista os hará olvidar el frío. Si os entra apetito, os aconsejo comer un Panzerotti (empanada típica de la Lombardía) en el Da Luini. Los mejores de la zona.
10. UN TEATRO
Si la cosa se pone fea y arrecia el temporal, no se me ocurre nada mejor que aprovechar la oferta teatral de Londres. Los musicales son únicos en Europa y tendréis para elegir: Los Miserables, El Fantasma de la Ópera, El Rey León, Cats, Charlie y la Fábrica de Chocolate… Cualquier de ellos sería una buena opción. Yo os recomiendo Billy Elliot. Hay puntos de venta por el centro e internet ( yo compré los tickets aquí).
.