Después de quitarme las vendas

Callaba mientras todos comentaban lo hermosa que era la luna,  aunque no la podía ver. Callaba mientras todos decían que guapo era el chico que estaba a mi lado, aunque no lo podía ver. Callaba mientras miles de personas a mi lado, susurraban a mis espaldas sobre el niño que gano un premio gracias a su talento arriba en el teatro, aunque yo no lo podía ver. A mí nunca me importo escuchar, daría la vida y un poco más por saber como es el día, la noche y como era ese chico, el que estaba a mi lado en el bus.

En casa soy la “consentida” de mi madre, aunque sé que solo se basa en lastima ese “amor”, mi hermano Stan, nunca esta en la casa, solo llega a las 12:00pm con una chica que su tono de voz no me da confianza, siempre me pregunta -¿Puedo ayudarte a subir las escaleras?- Pobre imbécil, mi vida entera he subido escaleras sin necesitar de nadie. Se que puedo ser la más egoísta, pero nunca ha sido de mi interés agradarle a nadie.

No tenía amigas, mucho menos amigos, y por supuesto ni un enamorado. Me sentía inservible, y por más que mi madre dijera “Eres hermosa” siempre respondía dándole la espalda, y me llamaba “Sinvergüenza”, pero no podía verificar si me mentía o no. Estaba ciega desgraciadamente ¿Acaso no lo entendía?

Algunas noches cuando llovía y el clima estaba “bochornoso” como le decía mi madre a el hombre que metía en su cuarto todos los lunes, cuando salía del trabajo a las 7:00pm, sentía algo extraño, mi alma quería irse de mi cuerpo, y mis manos no paraban de darme “placer” mientras pensaba ¿Que estoy haciendo? Más no paraba. Tengo 18 años, necesito “Amor” para no ser vulgar.

Estar en el colegio, era para gritarle a el cielo ¡Tragame tierra! Niñas hablando solo de sexo, hombres hablando de algo llamado “Smuled” aunque nunca supe que era. Maestros ignorantes, llenos de corrupción. Y por supuesto la chica popular que todos los hombres admiraban, Stephanie. Y miles de estúpidos más pero no pienso contar todo, en fin, no significan nada.

Un chico llamado Boby que estudia septimo semestre en Arte, siempre me espera al salir de clases de literatura, para acompañarme a la casa, mamá nunca estaba, se la pasaba en el trabajo hasta las 9:00pm, excepto los lunes que salía a las 7:00pm, pero como ya les conté, su tiempo libre era para estimularse con aquel hombre, y yo no tenía nada más que hacer que quedarme con Boby para descargarme.

Día tras día, noche tras noche… Era rutina estar en casa con Boby, mi mamá nunca lo conoció, para mi hermano no existo, y mi papá murió hace 15 años. Desde entonces estoy sola. Hace días una chica me llamo “Lesbiana” saliendo del colegio y no entendía el porque, aunque solo la ignore, siempre me hacen bromas pesadas, así que estoy acostumbrada a las burlas.

Esa misma noche Boby llamo, me dijo que tenía que hablar conmigo, y por fin conocí el famoso “En persona” y, por supuesto, no pensé quedarme así, le dije “Ven a mi casa, entra por la ventana, mi madre aun no llega” y en segundos estaba ahí. Se que es extraño, pero jamás lo había tocado, solo nos agarrábamos de manos en ocasiones, y me estremecía su voz un tanto suave y grave a la vez.

Boby esa noche, me dijo con una voz algo temblorosa estas palabras con exactitud y sin anestesia alguna, no puedo olvidarlas aún… -“Lamento decirte Emma, que mi nombre no es Boby, tampoco tengo 20 años, y no estudio en el colegio ya, te mentí. Siempre quise acercarme a ti, me atraes. Veo más allá de tu piel y tu voz, y desde el día que te vi sentada en aquel banquillo junto al lago me atrevo a decir que me fleche. Se que para ti esto será muy extraño y quizás me odies, pero… Me llamo Isabela, tengo 26 años, no soy quien creías que era, pero todo es real en cierta forma, eres encantadora y espero no causarte un daño grave después de esto ¿Crees en mí?”-

Esa noche “Boby” y yo tuvimos sexo… Jamás había estado con alguien y nunca imagine que mi primera vez fuese con una mujer. Si, no entiendo porque paso, tampoco espero que nadie lo haga, supongo que soy confusa, pero luego de decirme eso, se acercó a mi, y no pude evitar derretirme con su fragancia, su respiración tan cerca me erizo la piel, sus manos suaves tocaron mi espalda y sentí que mi vida estaba hecha. La bese, fue mi primer beso, pero apostaría que el mejor.

Pasaron 4 meses, y mi madre estaba al tanto de todo, supongo que me apoya o solo me hizo a un lado, no pude ver su expresión al contarle lo que pasaba, pero su voz me dio seguridad. Mis ojos, esos que jamás existieron, eran ella. Mi vida se tornó de sombría a me atrevo a decir, la que siempre soñe, y todo porque ella, la tonta Isabela, me hacía ver sin distinguir. Ya no era la misma chica, Isabela me “creo”, le debo ese merito a ella, y cada día a su lado era mejor que los cuentos de hadas que mi madre me contaba cuando niña. Así pasaron meses, estaba por fin viviendo mi vida.

Mi madre estaba emocionada, ya se acercaba mi cumpleaños y siempre me hizo grandes fiestas, y esta vez no sería la excepción, Isabela llego de sorpresa a mi casa, con algunas pizzas para cenar. Luego subimos al cuarto y por primera vez solo dormimos, nada más.

Una semana después, a las 7:00pm con exactitud, Isabela me dice que ella puede costear una operación para mis ojos, y yo que casi me olvidaba de que era ciega, en ese momento, me di cuenta que para ella podía ser un problema, incluso podría afectarle a ella más que a mi. Me dijo “Sera con el mejor de Argentina, mi padre vive allá y me lo ha recomendado, he estado hablando con el”. Me quede asombrada y algo triste, le dije “No necesito ver, mi discapacidad no es estar ciega, mi discapacidad será poder ver”. Ella no hablo, solo sonrío y me llamo “tonta” con una voz algo hipócrita. En segundos mi madre me abrazo y me dijo “Acepta, jamás tendrás una propuesta como esta”. Acepte, si, lo hice. Quería ser lo mejor en la vida de Isabela, como ella lo era en la mía, y no por un “defecto” que “se podía arreglar” no acabaría todo, porque si, así pensaba.

Llego el día de mi operación, en la sala de espera, Antony mi hermano, mi tía Belen, mi tío Chooz y mi madre con su adorado amante estaban merodeando la habitación. 8 horas después, ya había terminado mi operación y estaba descansando.

Pasaron dos semanas, y solo hablaba con Isabela por teléfono. Le comente que era hora de quitar mis vendas. ¡Gracias a Dios! Y me dijo que en minutos estaría conmigo. Cuando sentí las manos del Doctor, mientras escuchaba alegría y desespero de mis más “queridos” no escuchaba llegar a Isabela, pero no le di importancia, estaba ciega (literalmente) por ver si había servido esa tonta operación.

Al caer la venda, solo veía borroso, y sentía leves puntadas, pero el doctor me dijo que era normal, que en minutos vería perfecto. Y así fue, logre verme por primera vez en años, y me agrado quien estaba frente al espejo, ya que siempre tuve un mal concepto de mi. Mi madre y mis tios corrieron a abrazarme, diciéndome quien era quien, mi madre era muy hermosa, ya no recordaba como era, mis tíos eran idénticos, no sabía que eran gemelos. Tontos, jamás me lo comentaron.

Aunque… Solo pensaba en una solo persona, Isabela. ¿En dónde está Isabela madre? ¿Se ha quedado afuera? ¿Por qué no viene y me abraza? Mi mamá en llantos me dice, se fue hija mía, dijo que no regresaría más y me dejo esta carta para ti. Me dijo que te la leyera, como si tuviese la certeza de que fallaría la operación, pero lo mejor será que la leas tú, te dejaremos sola mientras tanto.

Mis ojos estaban rojos y me ardían, mis lágrimas caían y no sabía que pensar. Aunque solo busque un par de servilletas y limpie mi cara. Abrí ese sobre blanco con rayas rojas y azules a los bordes y leí la carta. Decía así:

-“En busca de mi felicidad me encontré contigo, llenabas mi alma y me mantenías en calma pequeña Emma. Eres tan hermosa… Tan hermosa que me sentía incluso opacada por tu luz y a la vez halaga de poder llamarte mía. Ya había hablado de esta operación con mi padre hace un mes, y con el doctor, el me dijo “Hay un 50% de que ella no pueda ver, de que la operación falle” aunque yo solo pensaba en ese 50% de que todo saliera bien. Cuando mi madre se enteró de que “Mi amada Emma” era ciega, empezó a tratarme mal y me decía que porque lo hacía… Un mes después conocí a la hija de la amiga de mi madre, es como tu y yo, y me acerque a ella. La he conocido muy bien y hemos salido un par de veces, sin temor, ni arrepentimiento diré que ya no siento lo mismo por ti, ella se llama Valeria y es muy hermosa, tiene muchas cosas parecidas a ti, aunque ella querida, puede venir a mi casa, hacer mi comida favorita y verme a los ojos y sentir esas “mariposas en el estómago” de las que tanto te hable. En fin, ella me hace feliz, si puede verme. Ya sabía que había un riesgo de que fallara la operación, por ello hice esta carta, y le deje a tu mamá dicho que te la leyera, porque sinceramente no creo que sea exitosa y lamento eso. En tu cuarto deje algunas cosas para ti, para que estés bien, y en el baúl que te regalo tu padre deje dinero porque se que a tu mamá no le esta yendo bien en el trabajo. Necesitaras eso. Espero y consigas a alguien más, mejor que yo, lo que mereces.

Mi esperanza era que la operación fuese exitosa, para que así vieras como soy, conocieras como en realidad era el mundo que te rodea y admiraras el mar como yo lo hacía cuando caminábamos juntas. Pero mi mente estalló pensando ¿Y si no funciona?… Emma, no podía seguir con una persona que vivía de fantasías, siento sonar egoísta, pero no soportaba tus “me imagino que el lago es muy hermoso” no, quería que lo vieras y dijeras con base que lo era, ya no te quería más ciega, aunque eres estupenda. Se lo que querías para “nuestro futuro” pero no podra ser así, ya no.

TE QUIERO, CON AMOR ISABELA”.

Si, un nudo atacó mi garganta, no pare de llorar por horas cada noche. Pase de ser feliz, a ser una estrella sin luz, un día oscuro. Extraño mucho a Isabela después de todo. Pero algo aprendí, ahora se que mis ojos no estaban ahí en si, por una razón, que no veía por una razón, y que me enamore de ella por una razón. Esa razón aun no la se, o eso creo, pero seguiré buscando.

Dos meses después me atreví a escribirle una carta, note que mi letra no era nada linda, había pasado mi vida escribiendo con el sistema “braille” estúpidos huequitos en forma de letras. Pero lo que importa es que me atreví.

La hoja en donde escribí la carta estaba algo arrugada gracias a que pase escribiéndola 2 semanas. Un párrafo cada noche, eso creo. Porque siempre borraba lo que escribía. Hasta que por fin la noche del 8 de Junio la termine.

La carta decia así:

“ -Para: Isabela Gudni “Boby”.
– De: Emma Gorggo.

¡Gracias! Mi amada Isabela, por ti descubrí que soy amante de labios finos, cintura chica y cabello largo. Que me encanta quien soy cuando dejo el vacío atrás. Que puedo durar incluso 5 horas hablando por teléfono sin que mi mano se congele. Que el lago si es hermoso, y un sin fin de cosas más… Hoy mis ojos si existen, están conmigo, si puedo ver. La operación salió exitosa. Gracias por brindarme tu apoyo, gracias por hacerme abrir los ojos, en un sentido muy literal. Pero incluso sin ellos ya lograba ver, te imagina mientras me decías que te desvestías, imaginaba un lago inmenso lleno de vida y te imaginaba allí parada, con el viento escondiéndose en tu cabello. Ya podía ver… Ahora se quién soy, gracias por demostrarme la realidad de muchas cosas, y por hacerme entender que el amor lo puede todo, pero desgraciadamente conmigo pudo más que contigo, y fue así porque nunca me amaste, solo amabas a la “Emma” que querías que fuera y no la que en realidad era.

Hoy se cumplen cuatro años desde que te marchaste, he tenido esta carta desde que te fuiste y jamás tuve fuerzas para enviártela. En un mes será mi cumpleaños, y aún sigo extrañándote. Mi madre se ha casado con Paul, resulto que el hombre que ella metía en su cuarto es muy guapo y tiene un corazón increíble, es cariñoso y divertido, me recuerda a ti, o a la Isabela que me mostraste. Con la diferencia de que él me dice que me quiere y se que es real, que lo dice de verdad. Hace un noche, me encontró llorando en mi habitación y me miro, se sentó a mi lado y dijo -“Emma, solo diré que aunque nunca supiste como era Isabela, tampoco te gustaría saberlo, aunque no tengas ojos (No me caso de decir que sigo ciega, mis ojos eran “tú”) puedes hacer muchas cosas más ahora, que no hacías con ella, aunque creas que ahora solo ves y tus ojos se han ido. Ella, ella hace la mitad de cosas que hacías tu estando ciega. Una de ella es amar. Tú tienes corazón y respeto por ti misma, Isabela no, aunque gracias a ella pequeña Emma, te has quitado las vendas. Esa venda que jamás te hubieses podido quitar. Eres una mujer, hoy tienes 22 años y sabes que quieres incluso antes de verlo. Tus ojos jamás te hicieron falta, con tal a ella sí. Aseguro que jamás vera como antes, la vida después de ti será solo un vacío, y se que al leer esta carta llorara en silencio mientras se arrepiente. Emma, te has quitado las vendas y cuando me alegra.

Nada más que decir, TE AMO ISABELA.”-

Mande la carta y nunca tuve respuesta, pero siendo sincera jamás la espere.

Hoy sé que… “La vida puede adentrarte en abismos, en mi caso fue en un alma egoísta y me llevo tan dentro que me perdí. Pero que solo tú, buscando salidas aunque no las veas, puedes liberarte de la peor bestia, de la más temible, en mi caso, el amor. Aprendí que jamás debes poner a alguien por encima de ti, que el hombre está obsesionado con la eternidad, pero nada es eterno y mueres en picada mientras buscas un para siempre con la persona equivocada. Y que, ahogarse en vacío sabe bien mientras quieres vivir hundiéndote en sangre dentro de un cuerpo que jamás tuvo alma



Fuente: este post proviene de Blog de fabiolayrss, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Una sonrisa mutilada vistió mi rostro cuando el ruiseñor cantaba agobiado ante mi ¡Maldición! Juego a crear un monstruo al lado derecho de mi pecho, zigzaguea entre sabanas de sangre y caduca al senti ...

Me demore ocho meses en borrar un minuto, vacilé entre mis penas la epifanía del amor, descargue mi vacío en ventiseis cigarrillos, culpe del desamor a la luna, sin razón Me embriague esta noche, no ...

Apaga las luces después de extirpar mis labios, seduce despacio mi piel incolora e insípida, seca bruscamente el resto del llanto que me queda, ahoga el sollozo que se quiebra entre mis huesos Suspira ...

Una lagrima hoy se atreve a ahogarme, una astilla fina intenta trazar mi piel mas de una vez, un suspiro causa un tornado en mi cabeza, una mariposa en mi estomago es una vez más un capullo frágil Sol ...

Recomendamos