El Capricho de Gaudí, conocido también como Villa Quijano, fue una de las tres obras que el famoso arquitecto catalán construyó fuera de Cataluña en 1883, en Comillas (Santander). Es un palacete considerado como una de sus primeras obras de relevancia, marcando el comienzo del movimiento modernista. Si quieres conocer su colorido exterior y su original interior sigue leyendo este post.
Las tres obras que Gaudí construyó fuera de Cataluña y que puedes ver también en este blog son La Catedral de Astorga, la Casa Botines en León, y este Capricho en Comillas.
Gaudí construyó con apenas 30 años este palacete por encargo de Máximo Díaz de Quijano, un abogado que llevaba los temas legales del Marqués de Comillas y otros indianos en Cuba. Puedes leer también en este blog el Archivo de Indianos y ver las casas de los indianos en la cornisa cantábrica si quieres conocer la vida de esta generación de españoles que emigraron para "hacer las Américas".
En esta genial obra donde Gaudí demostró su gran creatividad y puso las bases de lo que sería el resto de su obra, mezclando la cerámica vidriada y el ladrillo, con el hierro forjado. Asimismo podemos ver la mezcla del exotismo y la influencia oriental con elementos de la naturaleza. Toda la obra está llena de símbolos como más tarde desarrollaría en toda su plenitud en el templo de la Sagrada Familia.
Hace unos años este singular edificio fue utilizado como restaurante, aunque, afortunadamente hoy en día es un lugar abierto al público con un precio de entrada de 10 euros para financiar su mantenimiento ya que no recibe ninguna ayuda pública.
Pasemos a ver las dependencias principales de este Capricho de casa.
FACHADA
El arquitecto nos deja multitud de mensajes en la fachada como si fuera un cuadro mostrándonos la naturaleza y la inspiración oriental. Corría el año 1885 y aquí comenzaba el modernismo.
El hall de entrada es un pórtico con cuatro imponentes columnas, que Gaudí decoró con hojas de palmito y unas palomas anidando, da paso al hall de la entrada principal.
Al entrar, iluminadas por la luz que entra por la puerta, encontramos unas preciosas vidrieras con motivos geométricos, flores y plantas, quizá inspiradas en la naturaleza del entorno.
El salón principal se encuentra en el centro del edificio dividiéndolo en dos alas. Es una sala para ver y ser visto. Sobresale de la fachada con ventanas de inspiración árabe que permiten que el Capricho quede completamente traspasado por la luz del sol.
Los "bancos balcón" son toda una obra de arte del hierro forjado y una de las partes más representativas del edificio.
LA HABITACIÓN PRINCIPAL
Aquí comienza la vida con las primeras luces de la mañana . La altura del techo con su decoración mudéjar o la delicada chimenea decorada con cerámica vidriada nos transmiten la importancia de este espacio.
EL INVERNADERO
El invernadero tiene forma elíptica realizado en cristal. Originalmente se usaba para cultivar plantas tropicales y como salón de invierno, y al mismo tiempo jugaba un papel fundamental en la distribución de la luz y el calor.
LOS DESVANES Y LA ZONA DE SERVICIO
Gaudí siempre ennoblece las zonas de trabajo y las habitaciones de servicio. Podemos ver las sorprendentes vigas de tijera creando un espacio amplio y luminoso.
EL JARDÍN
Es uno de los pocos proyectos de paisajismo que se conservan del arquitecto.
Si te ha gustado este paseo te recomiendo que no dejes de visitar en persona este edificio ya que vivirás en persona una experiencia inolvidable de una arquitectura única e irrepetible, posiblemente de uno de los más grandes creadores de todos los tiempos.