En 1947, poco después del final de la II Guerra Mundial, una noticia convulsionó a la comunidad científica de la época: el descubrimiento de un grupo de textos que los historiadores bautizarían como los Manuscritos del Mar Muerto. El hallazgo salió a la luz por pura casualidad, un pastor llamado Muhammed Ahmed el-Hamed había dado por terminado el día de trabajo y quería hacer bajar a sus cabras de unos riscos donde se habían subido. Cuando llegó hasta los animales se dio cuenta de que en las rocas había dos extrañas hendiduras, se asomó a una de ellas y arrojó una piedra dentro para averiguar su profundidad, pero la piedra no provocó el típico sonido de golpeteo sobre un suelo de roca o tierra, sino el peculiar sonido de una cerámica al romperse. Intrigado por si había localizado una auténtica cueva del tesoro, Muhammed, esperó al día siguiente y acompañado de unos parientes amplió las hendiduras. Cuál sería su sorpresa cuando, al intentar descender, cayó en el suelo de amplia cueva plagada de vasijas de barro que contenían rollos y rollos de antiguos escritos. El pastor intentó vender alguno de estos manuscritos y, así, el descubrimiento se hizo público y comenzó a atraer las miradas de los arqueólogos, los historiadores y los lingüistas. Se habían descubierto los antiguos documentos de Palestina que se suponían destruidos durante la invasión de Jerusalén por el emperador romano Tito en el año 70 después de Cristo.
Desde entonces hasta ahora numerosos científicos internacionales han estudiado los más de 2.500 textos en hebreo, arameo y griego que conforman los Manuscritos del Mar Muerto y los han datado entre los años 250 y 100 antes de Cristo. Los Manuscritos incluyen fragmentos de salmos y leyes, textos legales, etc., que describen multitud de detalles acerca de la diversidad religiosa y cultural de la Palestina de aquellos años pero, lo más interesante, también mencionan en repetidas ocasiones a un supuesto “Maestro de Justicia“, un “Mesías” que Dios envió a la tierra para guiar y consolar al pueblo judío. Según el investigador norteamericano especializado en estudios bíblicos Hershel Shanks, este “Hijo de Dios” nombrado en varios de los textos de los Manuscritos se habría reencarnado como ser humano en torno al año 196 antes del nacimiento de Jesús de Nazaret, esa figura histórica que ha marcado los designios de millones de cristianos antiguos y modernos durante más de 2000 años.
Otra característica peculiar de estos miles de textos encontrados es que casi una cuarta parte de ellos reproducen casi textualmente fragmentos completos de la Biblia cristiana, un libro que aún hoy sigue siendo el más editado y leído del mundo. ¿Hubo dos Mesías en la historia de la Humanidad? ¿Los autores de la Biblia plagiaron los textos de los Manuscritos del Mar Muerto? Las investigaciones que siguen realizándose en torno a este hallazgo histórico nos darán, tarde o temprano, la respuesta a estos interesantes enigmas.
Imagen:By Abraham Meir Habermann, 1901?1980 [Public domain], via Wikimedia Commons