(...)?Ahora que estamos solos te confesaré que esto de tenerte esta noche para mí solo me encanta. ?confesó Alejandro una vez subidos los cuatro pisos hasta su casa.
?Uhm, ¿y eso?
?No sé, no sé?dijo abriendo la puerta al tiempo que le robaba un beso a Amanda. ?, por cierto, señorita me ha de contar algo.
?Sí, cierto, la verdad es que ya no me acordaba. ?comentó dejándose caer sobre el sofá exhausta tras la subida de los cuatro pisos.
?Je je je, alguien no está acostumbrada a subir escaleras. Si me hubieses dejado subir tu maleta.
?Es mi maleta.
?Muy bien, muy bien, señorita independiente. ?se burló sentándose a su lado? . ¿Qué es eso que has de contarme?
?Mira que eres cotilla?contestó antes de devolverle el beso?, Ale, si empiezas con este jueguecito de beso va beso viene no voy a poder contarte nada.
?Valeeee, habla ahora o calla para siempre o hasta mañana?
?Ricardo se va a Buenos Aires, a llevar allí la revista.
?Vaya, no sabía nada. No han dicho nada por aquí.
?Yo me he enterado hoy, pero eso no es lo importante.
Amanda se sentó girándose hacia Alejandro para tenerlo frente a frente.
?Me han ofrecido su puesto.
?Uauh, enhorabuena. ¡Mi chica directora! Eh, espera eso quiere decir que ya no formaremos equipo.
?No, eso significa que te ofrecen a ti mi puesto si lo quieres.
?¿Hablas en serio?
?Sí.
?¿Y por qué no estás contenta? Mandy, ¿sabes qué significa eso? ¡Podríamos estar juntos!
?¿Te irías a Valencia?
?Mandy, ¿acaso lo dudas?
?No, no lo dudo, pero ¿crees que es buena idea pasar tanto tiempo juntos? Ale, sería tu jefa.
?¿Y cuál es el problema? No se me ocurre jefa mejor, claro que me costará no entrar en tu despacho y no meterte mano.
?Ale, ¿crees que no acabaría con nosotros pasar tantas horas juntos?
?¿Por qué? ¿No pasábamos todo el día juntos en la universidad?
?No éramos pareja.
?Bueno, eso es lo que decíamos nosotros. ?Alejandro le guiñó un ojo. ?. ¿No te alegra que podamos estar juntos? ¿Qué podamos acostarnos y levantarnos juntos? ?preguntó mientras sus labios bajaban lentamente por su cuello. ?, que podamos dedicarnos a la caza y captura del mosquito cada día.
?Uhm?así es imposible decir que no?
?Es que soy irresistible?dijo bajándole la cremallera del vestido, la cual no ponía resistencia a sus raudos dedos. ?, dios, cuánto te he echado de menos estos días.
?Y yo a ti?susurró Amanda.
?A ti y a tus labios de fresa?comentó quitándole el vestido y dejándolo en el suelo mientras Amanda comenzaba a desabrocharle su camisa y un apresurado Alejandro se desprendía de sus pantalones.
Pronto una madeja de ropa irrumpió en medio del impoluto salón, poco les importaba a ellos, Amanda y Alejandro estaban concentrados en sus besos, caricias, en dar y recibir placer...
Elva Marmed