Gracias a su rápido aprendizaje tanto en la lectura como en la escritura,Rubén Darío pronto se interesaría por este género artístico, comenzando a la edad de doce años a componer sus primeros trabajos, siendo publicados en periódicos locales a los pocos meses siguientes. El título con el que inició su aclamada trayectoria fue el soneto ‘Una lágrima’.
Al igual que su pluma sirvió como camino para autores venideros, Rubén Darío fue marcado por las novelas de Víctor Hugo, cuya ideología también fue común. Otros referentes fueron José Zorrilla y Ramón de Campoamor, con poesías dramáticas procedentes del realismo del siglo XIX, que se manifiestan en obras como ‘Azul…’ o ‘Canto épico a las glorias de Chile’
Gracias a su prestigio internacional, comenzó a trabajar por toda región central y sur de América, llegando a obtener el puesto de corresponsal en el diario argentino ‘La Nación’. Así fue como viajó a España para cubrir el conflicto contra Estados Unidos y las pérdidas de las colonias, gracias a ello, se codeó con artistas de la talla de Julián del Casal y Antonio Machado.
Debido a esto, alcanzó títulos políticos como cónsul de Nicaragua trabajando en Colombia y como embajador en Madrid. Sin embargo, con la llegada de las vanguardias, tras la Primera Guerra Mundial, el modernismo perdió fuerza hasta desaparecer. No obstante, con el paso del tiempo, sus obras han vuelto a ser de estudio imprescindible en las escuelas.
¿Y tú, qué opinas de la obra de Rubén Darío? ¿Cuál destacarías?