Nacido en Nueva York, en 1923 y procedente de una clase media, pronto comenzaría a descubrir distintos tipos de arte, como por ejemplo la música jazz, de la que fue un gran admirador toda su vida. También a una edad temprana, mientras cursaba el colegio, comenzó a esculpir como pasatiempo.
Algunas de sus primeras pinturas datan de este período. Retratando a los músicos que admiraba cuando acudía al Teatro Apollo, en Harlem, para escuchar las bandas de la ciudad. Con un camino marcado por sus grandes pasiones, las artes, dejaría su ciudad natal para ir a estudiar a la Universidad de Ohio, la cual tuvo que interrumpir durante tres años debido a su alistamiento como soldado en la ‘Segunda Guerra Mundial’.
Tras su graduación y con un volumen de composiciones considerable, tuvo su primera gran exposición en la ‘Galería Carlebach’ de Nueva York. En estos primeros años experimentó con estilos próximos al cubismo y al expresionismo. Sin embargo, el gran cambio en su temática vino en el año 1957, cuando se adentró en el arte pop, siendo uno de los precursores del movimiento junto con artistas de la talla de Andy Warhol o James Rosenquist, entre otros.
Su idea de puntear imágenes de cómics procede de los personajes de los papeles de envoltorios para chicles mezclado con imágenes extraídas de los anuncios publicitarios y de los cuadros de Frederic Remington, pintor y escultor especializado en el Oeste americano. Con esta nueva corriente en sus creaciones, dio una exposición en la ‘Galería Castelli’, en 1962, donde toda su colección fue comprada.
Sin lugar a dudas, comenzaba en esta década su ascenso a la cima. Una de sus pinturas más aclamadas es la titulada ‘Whaam!’, de 1963, basada en una de las creaciones de la editorial ‘Dc comics’. También trabajó en campañas publicitarias para marcas como ‘BMW’. Concretamente, un cuadro de esta época fue vendido el pasado mes de diciembre por la suma de 31,2 millones de euros. Lleva por título ‘¡Puedo ver la habitación entera y ahí no hay nadie!’, de 1961.
Algunas de sus realizaciones más destacadas incluyen rostros femeninos, en actividades cotidianas, como por ejemplo hablando por teléfono. Muestra de ello son su lienzos ‘El beso’, de 1961 y ‘Ohhh...alright’, de 1964. Su último trabajo fue el logotipo de la marca ‘DreamWork Records’.
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