Su enorme belleza, reside en el contrastado paisaje que convive dentro de las fronteras de Namibia. Desde el famoso desierto de Namib, ocupando tola la región Oeste, con más de 1.600 kilómetros hasta el Parque Nacional Etosha, una importante reserva natural de más 22.000 kilómetros, siendo una de las más grandes del mundo.
Independientemente de donde nos encontremos, podremos divisaren Namibia una variada flora y fauna, desde caballos hasta osos marinos, pasando por todo tipo de aves, peces y especialmente mamíferos. Como dato curioso cabe destacar que su desierto es el más antiguo del mundo, con más de 65 millones de años y está limitado por dos grandes ríos, el Orange y el Lüderitz.
Namibia, también contiene una zona montañosa de sorprendentes colores englobadas en el Parque de Waterberg Plateau. Asimismo, todo el país mantiene unas increíbles tonalidades que van cambiando según el lugar donde nos hallemos. Uno de los puntos más atípicos es el mencionado Parque Etosha, ya que visto desde el aire asemeja una imponente llanura blanca.
Otro de los insólitos lugares que podemos visitar es la llamada Costa de los Esqueletos, donde cientos de aviones y barcos han quedado atrapados en la arena. Este recorrido nos adentrará en un paraje que parece haber sido sacado de las mejores obras de ciencia ficción. Sin embargo, también abunda el agua en regiones como Popa Falls, la cual supone una enorme reserva de vida, desde hipopótamos y cocodrilos hasta jirafas.
Sus lagos igualmente guardan una extraña belleza, como sucede con el lago Otjikoto, cuya leyenda indica que no tiene fondo. Próximo a este terreno destrozado por los alemanes en la Primera Guerra Mundial, se halla el lago Guinas, originado debido a un hundimiento del terreno, el cual acoge a una especie única en el mundo, el Tilapia Guinasana.
¿Y tú, qué destacarías de Namibia?
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