¡Hola de nuevo a todos! Un mes más, os traigo más curiosidades científicas para la revista Flordselva, que como podéis ver, trata una gran variedad de temas. Estoy muy contenta con la aceptación que han tenido mis dos primeros artículos, muchas gracias a todos por animarme a seguir escribiendo y por dejar que la ciencia entre en vuestras vidas
Hoy me gustaría descubriros algo que une joyería y ciencia: los diamantes. Bueno, está claro que no os voy a descubrir lo que es un diamante, seguro que habéis visto alguno que otro o alguien ha soñado con tener uno?pero sí que estoy segura que os puedo descubrir alguna que otra característica que no sabíais y que os interesará conocer.
¿De qué está hecho un diamante?
Los diamantes están compuestos única y exclusivamente de carbono, al igual que la mina del lápiz con el que trabajas a diario. Pero lo que hace especial a este material es que los átomos están unidos por enlaces covalentes (esto quiere decir compartiendo electrones) y están dispuestos en una red cristalina cúbica, lo que le confiere propiedades fantásticas. Es un material muy duro, extraordinariamente resistente (debido a la naturaleza de sus enlaces) y no conduce la electricidad, pero sí el calor. Es tan caro porque es muy difícil de encontrar: las condiciones bajo las que se forma son muy especiales y no se dan todos los días
¿Cómo se forma?
El proceso de formación de un diamante tarda millones de años, a elevadas temperaturas (900-1300 ?C) y presiones brutales (45000-60000 atm, una barbaridad si contamos que aproximadamente, la presión atmosférica que soportamos en nuestra vida diaria es de 1 atm) a unos 150-190 km de profundidad. A pesar de la estabilidad de este material una vez formado, el diamante no es la forma más estable del carbono: el grafito es el numberone en este aspecto. Entre el grafito y el diamante, la única diferencia es la forma en que están conectados sus átomos, que son los mismos en ambos casos. ¿No es increíble?
Diamante y grafito: pasando de uno a otro
La próxima vez que tengáis un lápiz entre manos, pensad que tenéis un diamante en potencia ;). Y para las mentes privilegiadas que van por delante: no, no se puede convertir tan fácilmente el grafito en diamante, si se pudiera no sería tan caro, ¿no? Investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) descubrieron recientemente un método mediante el cual, aplicando hidrógeno, el grafito se reajusta molecularmente hasta convertirse en diamante, pero por supuesto en un diamante sin valor alguno en joyería?porque como ya sabéis, el diamante tiene muchas aplicaciones a nivel industrial. Aunque para estas aplicaciones, se suelen utilizar diamantes sintéticos que, a veces, incluso pueden mejorar las propiedades de los naturales, siempre sin valor gemológico.
Pero ahora viene la pregunta inversa? ¿Y el diamante? ¿Se puede convertir en grafito? ¿Quiere decir esto que un diamante poco a poco se irá convirtiendo en carboncillo para dibujar? ¿Pero un diamante no es para siempre? Haya tranquilidad, no nos estresemos?ese fantástico diamante que tuviste la suerte de que te regalaran te durará para siempre. Por lo menos, si entendemos el concepto ?para siempre? como todo lo que durará nuestra vida, y la de nuestros hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, y un largo etcétera. Como hemos comentado antes, el grafito es más estable que el diamante, y la tendencia natural de este último será transformarse en grafito de forma espontánea. Ahora, que sea de forma espontánea no quiere decir que sea a una velocidad elevada: pueden pasar miles de años hasta que se pueda observar el mínimo cambio. Por tanto, un diamante, técnicamente hablando, NO es para siempre?pero tranquilos, que nosotros siempre lo veremos igual.
Imágenes: elconfidencial.com; cienciaeingenieria.com .
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