Fue hace un poco más de 2 años, pero recuerdo este viaje como si fuera mucho más reciente. Para el carnaval de 2014 decidimos irnos con amigas a Brasil. Los destinos elegidos fueron Rio de Janeiro e Ilha Grande. De ésta última no había escuchado hablar hasta ese momento, pero por lo que habíamos leído parecía prometedor.
Así fue como con varios shortcitos, musculosas, traje de baño y zapatillas en nuestras valijas, emprendimos nuestro viaje a Rio de Janeiro. Llegamos al aeropuerto y nos trasladaron hasta nuestro hostel en Ipanema, donde pasaríamos la primera noche y al día siguiente seguiríamos a Ilha Grande.
El hostel que elegimos fue el Che Lagarto donde al llegar ya se sentía ambiente de carnaval y donde nos recibieron con una caipirinha bien fría. Ese día recorrimos un poco las calles de Ipanema pero como ya era tarde cenamos cerca del hostel y nos fuimos a dormir. Al otro día bien temprano nos pasaría a buscar el transfer que nos llevaría a la isla.
Alrededor de las 8 de la mañana del día siguiente, nos pasó a buscar una Van que tardó unas 3 horas hasta llegar a Angra dos Reis y desde ahí cruzamos en un ferry con el que en 45 minutos llegamos a Ilha Grande. También se puede cruzar desde Conceição de Jacareí que es unos kilómetros antes. Todo el traslado nos costó unos 80 reales.
Al llegar al Hostel Aquario en Ilha Grande nos encontramos con un lugar hermoso, rústico por donde se lo mire. La recepcionista nos informó que estaban con algunos cortes de luz en la isla y que probablemente íbamos a tener problemas si queríamos pagar con tarjeta de crédito. Por esta razón, lo más recomendable es ir con efectivo, ya que en la isla no hay bancos ni cajeros automáticos. Dejamos el equipaje y caminamos hasta la zona céntrica llamada Vila do Abraão. Ahí conseguimos un almacén donde hicimos algunas compras y mientras bajaba el sol, nos tiramos en la arena a tomar una cerveza.
Es un lugar realmente mágico, de hecho teníamos contratadas 3 noches y optamos por quedarnos una más. No queríamos irnos, había tanta paz que nos trasmitía una muy buena energía.
Cosas para hacer acá hay muchas, se puede dar la vuelta a la isla en lancha e ir parando en cada costa para hacer snorkel, la más conocida es Laguna Azul, Laguna Verde o Praia do Amor. Además se puede visitar las cachoeiras (cascadas), hay trilhas por los morros para hacer trekking y una de las mejores excursiones es ir a Lopes Mendes, considerada como una de las mejores playas de Brasil. Se puede ir en barco o caminando, lo cual definitivamente recomiendo. A nosotras nos llevó unas dos horas y aunque resulte cansador, es una muy buena experiencia. Cuando quedan los últimos metros para llegar y ya no ves la hora de tirarte de cabeza en el mar, aparece entre los árboles la playa. Increíble!
La isla tiene varios bares y restaurantes que por la noche prenden luces iluminando toda la costa. Además, en la playa se hacen fogueiras o fogatas donde los jóvenes de la isla se reúnen a compartir y tomar algo.
Nuestra estadía en Ilha Grande terminó superando nuestras expectativas. Después de cinco días nos tocaba volver a Rio de Janeiro justo para vibrar con los preparativos de carnaval y ver los blocos cariocas.
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