ESPLENDOR EN EL ALBERCHE.
Hace ya unos meses que os enseñamos en distintos post de nuestro blog los embalses de El Burguillo, Charco del Cura y el Pantano de San Juan.No estaban llenos, al contrario, esperábamos las lluvias con vistas al verano que tenemos a la vuelta de la esquina.
Y si, las lluvias han llegado permitiendo que en estos momentos se encuentren al 90% de su capacidad de agua embalsada. Cierto es que la lluvia es incómoda, que no suele gustar y menos cuando llevamos 2 semanas casi sin parar.Y es que es cierto, nunca llueve a gusto de todos, porque con estas lluvias también son muchos los agricultores que ven peligrar sus cultivos por demasiada agua.Pero ya sabéis, nosotras siempre buscando el lado amable os enseñaremos que nos regalan estas precipitaciones en nuestro entorno.
De nuevo ponemos rumbo a esa zona de embalses.El Burguillo, insultante, casi en su límite, manso…Nada que ver con los niveles que os mostrábamos, y aunque nos hubiese gustado enseñaros un desembalse de esta presa, en esta ocasión no lo conseguimos.El Alberche seguía hoy tranquilo su curso hasta llegar al Charco del Cura, un lugar que hoy merecía nuestra visita.
Cruzando el muro nos encontramos con este espectáculo.No podemos transmitiros aquí el sonido que nos envolvía, atronador, con la fuerza que te muestra en su estado puro la naturaleza. El Charco, textualmente, rebosa.
Y el agua incesante continúa su paseo en el cauce de este río Alberche.
Os comentábamos cuando hablamos en los pasados artículos sobre esta zona, que antiguamente existían muchos puentes y molinos que aprovechaban la fuerza de este río.Buscábamos uno en concreto por haber oído que era un lugar digno de visitar cuando se producen desembalses.”Valsordo”, ese era nuestro objetivo hoy.Nos encontramos paseando a dos vecinas de El Tiemblo que nos dieron algunas indicaciones aunque nos advirtieron que estaba algo escondido llegar a esa garganta donde se encontraba, que no estaba indicado y que quizás tuviéramos dificultades para llegar. Pero suponemos que ya nos vais conociendo, y cuando nos dicen eso…tenemos que ir a por ello y encontrarlo, !! vamos si lo encontramos !!.Con la indicación de llegar primero al cementerio de la localidad y continuar por un camino de tierra pusimos de nuevo rumbo a nuestro destino.
Pero como siempre vamos en “modo búsqueda de historias”, tuvimos que parar al llamarnos la atención unas vacas, sí, a nosotras nos llaman la atención cosas así.
Un pelo mas largo de lo normal, un color precioso y ese ternero…no podéis negaros que no tiene futuro como modelo de la raza, menuda pose.Y es que nos explicaron posteriormente Alfredo y Juanma, sus propietarios y cuidadores, que efectivamente es una raza inusual en esta zona ya que su procedencia es norteamericana.Tendremos que volver en invierno, porque nos comentaron que en esa estación estos animales lucen un llamativo pelo largo lacio !! no nos lo podemos creer!!.
Y allí entre estos magníficos ejemplares, hablando de la vida, del contacto con la naturaleza, de saber disfrutar de cada día y observando a Alfredo orgulloso de su semental y Juanma ofreciéndole un gesto de amistad a ese tremendo toro, recordamos que teníamos que buscar un destino, ese molino en el Alberche.Pero antes de continuar nos dio tiempo a ver un pavo real, otros animales y descubrir una especie arbustiva que sólo crece en lugares donde la tierra y el ambiente están fuera del alcance de cualquier contaminante, la ” cornicabra”.
Al final de un camino de piedras y arena, en pendiente hacia el cauce, y siguiendo la última indicación de nuestros amigos vaqueros, llegamos a nuestro destino, bueno a la indicación de encontrar unos puentes, a partir de ahí tampoco teníamos muy claro como encontrar el final de esta aventura.
Pero…¿ recordáis las primeras personas que nos dieron las indicaciones de llegar al cementerio? Pues bien, allí nos estaba esperando Rosi, vecina de El Tiemblo y que pensando que a lo mejor no lo encontrábamos decidió esperarnos en los puentes y guiarnos hasta el molino. Menuda sorpresa, y menos mal, porque efectivamente creemos que hubiese sido misión imposible. Sin duda alguna ha sido una gran guía a la que mandamos nuestro agradecimiento por su tiempo y compañía.
Pero vamos a situar este enclave en la historia, y dedicamos este espacio a nuestra amiga y fiel seguidora Pilar, que nos cuenta que le gusta mucho nuestro blog por las cosas que aprende.
Pues bien, estos dos puentes forman parte de el antiguo Camino Real y de la Cañada de la Mesta.Este es el camino que siguió en 1468 la Infanta Isabel desde Cebreros hasta la venta de los Toros de Guisando para ser proclamada, por su hermano Enrique IV, princesa heredera del Reino de Castilla.
La Cañada era la Leonesa Oriental, por las que bajaban y subían de las Sierras de León a los Extremos los ganados trashumantes del Honrado Concejo de la Mesta.Los dueños del ganado tenían que pagar determinados derechos por cada rebaño que pasara el puente.A lo largo de la historia y del siglo XIX, en que desaparecen, cobraron derecho distintas personas e instituciones diferentes como ponen de manifiesto las inscripciones que pueden leerse aun hoy en las rocas de las inmediaciones.
Parece lógico relacionar este puente con el despoblado de Valsordo que se cita ya en la lista de Ávila de 1250. Según la tradición popular, el puente es de origen romano; es probable que existiese uno en el mismo lugar, construido en época romana. El actual parece más bien de época medieval, muy reformado, dividido en dos tramos de tres ojos y uno, por lo que en realidad, se suelen considerar dos puentes: el de Valsordo y el de Santa Justa. En medio de los dos tramos, se debía situar el puesto de cobro del pontazgo de Santa Justa; en la salida hacia Cebreros, se debía encontrar el pontazgo de Valsordo.
.
La Reina Isabel fallece el 26 de noviembre de 1504, y en su lecho de muerte ordenó trasladasen su cuerpo hasta Granada, y así fue, teniendo que pasar su cortejo por este lugar y contando las crónicas los periplos que sufrieron con un Alberche desbordado, llegando sus restos a Granada el 18 de diciembre.( Pintura de Francisco Pradilla).
Y dejando este histórico lugar a nuestras espaldas continuamos con la búsqueda de nuestro destino por un sendero que nos enseña nuestra guía a la que nos costaba seguir el ritmo.
Entre jaras, lavanda, diversidad de pájaros e incluso algún Aguila Imperial sobrevolándonos descubrimos que en esta zona enraíza una especie que merece la pena nombrar, el “Digitalis Purpúrea”. La distintiva flor de la digital – cuya forma, similar a un dedal, dio lugar a su nombre- y sus hojas, contienen una poderosa toxina, la digitalina que afecta el funcionamiento cardíaco.
Extremadamente venenosas si se consumen, el extracto del principio activo ha sido empleado como medicación para la arritmia y otras deficiencias cardíacas desde finales del S. XVIII.Pero atención el consumo de tan sólo diez gramos de sus hojas producen la muerte de una persona adulta, así que cuidado con los peques si paseamos por esta zona.
Y siguiendo el cauce por un sendero casi paralelo, el estruendo del agua nos anunció que llegábamos a nuestro destino,
la pequeña central hidroeléctrica de la Presa de Baena, porque si bien es cierto que durante toda esta crónica nos referíamos a un molino, la realidad es distinta.Buscando información sobre este lugar nos han confirmado que se trataba de una pequeña estación hidroeléctrica en este salto y que toma su nombre del apellido de la familia que allí, en esa construcción hoy en ruinas, vivían.
Un lugar espectacular, que bien merece la pena visitar y a tan sólo unos 15 minutos andando desde el Puente de Valsordo. El agua busca cualquier grieta entre las piedras para continuar su camino incesante hasta el Pantano de San Juan, pasando por ventanas, canalizaciones y rampas, dejando un espectáculo de agua y sonido en este punto.
Normalmente este punto alberga a un Alberche con un cauce nada parecido a lo que os mostramos pudiendo cruzar esta pequeña presa,
nosotras en esta ocasión lo hicimos con cuidado, aunque con un poco de vértigo, pero el poder enseñaros esta perspectiva merecía la pena.Hacia un lago un remanso de agua, inerte y hacia el otro esas cascadas y rápidos que nos dejaron con la boca abierta y disfrutando un buen rato.
Lo cierto es que cuando visitas un lugar así, no sabemos si también a vosotros os pasa, tienes esa sensación de encontrarte pequeña frente a la naturaleza, impotente e insignificante ante la fuerza con la que puede manifestarse.Y hay que mantener siempre los ojos bien abiertos, intentar llevarte en la retina la mayor parte de cosas que puedas observar, y hay que estar muy atento porque pueden aparecer y desaparecer en un instante, ¿ sabes eso de “si parpadeas te lo pierdes”?.
Ahí los tenéis, a unos de los habitantes de estas aguas en sus zonas tranquilas, los galápagos, muy esquivos ante los ruidos, pero que nosotras con un poco de paciencia pudimos fotografiar.Podrás observarlos en silencio, y la flora y otras especies, como patos, que los rodea.
Dejamos Valsordo para continuar nuestra ruta y no podíamos dejar de mostraros el Río Cofio. Este caudal vierte sus aguas en el Pantano de San Juan, así que también tiene su lugar en este paseo.Llegando a la localidad de Valdemaqueda, nos encontramos con el paso mas importante de este río, el puente de La Mocha.
No se conoce con exactitud cuándo fue construido, pero por su trazado y formas medievales parece indicar que pudo ser levantado tras la Reconquista y repoblación cristiana de la zona.Pudo tener origen romano, pero lo que está claro es que su fisionomía es medieval al ser su perfil de “lomo de asno” es decir en forma angular.También se le conoce como el “puente de los 5 ojos”.En el verano de 2013 finalizó su restauración integral la Comunidad de Madrid.
La zona está muy cuidada y bien acondicionada para pasar un agradable día de campo.Hoy el cauce estaba desbordado, como puede apreciarse al estar los árboles reforestados dentro de el.
El Cofio nace por la confluencia de dos corrientes de la Sierra de Malagón y la Sierra de Guadarrama. Desde Peguerinos(Avila), baja el llamado río de las Herreras, que nace a 1.722 m de altitud, y desde Las Navas del Marqués(Avila)el arroyo Valtravieso. Ambos confluyen a unos 1.200 metros de altitud, en la linde entre los términos municipales de los dos pueblos mencionados.Este río desemboca en el Pantano de San Juan después de recorrer 56 km.
Siguiendo el cauce del Cofio es imposible no descubrir maravillas que deja esta primavera lluviosa, que hacen que el monte rebose de color.
Llegamos, casi sin darnos cuenta, al Pantano de San Juan, y como os comentábamos al principio del post lo encontramos casi al límite de su capacidad, con sus compuertas abiertas desde hace días, sin sus playas, impresionante.Dicen que en Finisterre (A Coruña) hay un banco de madera con las mejores vistas del mundo…pues aquí en Madrid, también.
Nosotras nos despedimos del Alberche en la Presa de Picadas, pero sus aguas río abajo continúan dejando paisajes regados de vida y lugares fascinantes en sus riveras que te invitamos a visitar.
Si te a gustado dale a “me gusta” y no te olvides de inscribirte en el blog.