Las ruedas son un elemento imprescindible en las maletas grandes, pues nos alivian bastante de la carga durante el traslado de equipaje. Al adquirir una maleta trolley, debemos elegir entre la opción de maleta rígida o flexible.
Sepamos que las maletas rígidas, aunque más pesadas, son impermeables, más resistentes a los golpes y protegen en mayor medida los objetos del interior, por lo que son adecuadas para los aviones, en cuyos aeropuertos sufren mucho por la manipulación de los operarios. Al pesar más, soportan menos objetos. Tengámoslo en cuenta para los vuelos.
Las maletas flexibles pesan menos, por supuesto, y nos vienen bien para transporte en coche, tren u autobús. Tienen la ventaja de integrar en su carcasa uno o varios bolsillos, con o sin cremallera, para portar objetos diversos. Sin embargo, duran menos que las maletas rígidas.
En cuanto al estilo, se han puesto de moda las maletas trolley de ruedas tipo acanaladas, ya que sufren menos roces que las maletas lisas. Son de policarbonato o propipoleno. Aconsejamos elegir las que no tienen brillo, pues éste refleja mucho cualquier rozadura que tenga la maleta.
Hay modelos más seguros que otros, como los que tienen cerradura con dos o más puntos de anclaje, cierre de combinación e incluso bloqueo TSA, requerido para viajar a EE.UU.
La calidad de los materiales y el tipo de fabricación puede alargar la vida de las maletas trolley con ruedas. Las costuras deberán deben estar reforzadas y las cremalleras grandes resisten más, así mismo las asas, mejor grandes, de aluminio y bien ancladas.
Elijamos también maletas trolley con ruedas que ofrezcan un interior amplio, compartimentos varios y separador con cremallera para ropa delicada. Los modelos de dos ruedas son más estables que los de cuatro, pero éstas giran mejor. Además, las maletas trolley de ruedas integradas duran más, porque la carcasa las protege en parte.