Puesto que se trata de una celebración en la que los niños son los protagonistas, habrá que dedicarles buenos momentos de ocio para que tengan el día especial que se merecen. A pesar de que son muchos los que opinan que se ha desvirtuado el propósito de la Comunión y se ha convertido en una fiesta más en la que se derrocha dinero a cantidades, a veces, ingentes; lo cierto es que se puede conseguir pasar una jornada inolvidable sin tener por ello que gastarse todo el sueldo de uno o dos meses.
Para celebrarlo, podemos contratar los servicios de un animador sociocultural, que mantenga entretenidos y divertidos a los pequeños en su gran día. Asimismo, también se puede planificar el banquete en una zona de campo y realizar actividades en equipo con los niños. De esta manera, además de fortificar nuestra relación con ellos, con sus amigos y con los padres de éstos, estaremos divirtiéndonos y haciendo ejercicio, descubriendo la naturaleza, disfrutando de un día al aire libre, etc.
Otro aspecto a tener en cuenta son los regalos. Aunque no hay que pasarse, sí que está bien premiar al niño con algún detalle. La tradición manda un reloj, o algunas joyas de índole religiosa, pero podemos ir más allá y regalarles algo que realmente les guste, un viaje o un álbum de fotos en el que colocar todos sus recuerdos de este día.
Y vosotros, ¿cómo celebrasteis vuestras comuniones o las de vuestros hijos?