Para comenzar, te contaremos un hecho escalofriante, pero por supuesto, también real. Y es que hasta finales de la década de 1980, algunos profesionales del ámbito de la salud, entre ellos médicos, consideraban que los recién nacidos no eran capaces de sentir dolor. Incluso así lo afirma un estudio realizado a finales de 1988 entre británicos e irlandeses, donde el 13% de los encuestados afirmaba convencido de que los recién nacidos no podían sentir ningún tipo de dolor. Es por ello que, en muchas oportunidades, e incluso durante las cirugías más importantes, no se llegaba a aplicar anestesia por creer que no era necesaria. Un grave error, pues actualmente ya está más que comprobado que los niños, incluso antes de nacer, ya sienten igual que las personas adultas.
Datos vinculados también con estadísticas refieren a la posibilidad de los accidentes hogareños, y en ese sentido, hay quienes afirman que hay más chances de sufrir un accidente tomándose un baño en la ducha que de ganar la lotería. Esta última tiene una estimación de 176 millones a una, mientras que la de morir en tu propia ducha es de 840 mil a uno. Escalofriante, ¿no?
Pero si quieres tener más datos escalofriantes, ¿alguna vez te has puesto a pensar en las posibilidades que tienes en tu vida de cruzarte con un asesino sin darte ni cuenta? Pues te diremos que son muchas, y si tu caso es que vives en una ciudad grande, podrás hacerlo al menos miles de veces. Y es que por más sádico que resulte este asesino, la gran mayoría del tiempo actúan de forma normal y se relacionan con las demás personas muy comúnmente.
Y si seguimos vinculándonos con el tema de la muerte, deberás saber que las posibilidades de morir en tu propio cumpleaños aumentan en un 6,7% con respecto al resto de los días comunes. Esto lo investigaron científicos de la Universidad de Chicago. Lamentablemente no se ha podido determinar la causa precisa de esta cifra, aunque pueden estar vinculadas con accidentes en las celebraciones o también con incremento de los suicidios justo en estos aniversarios, por las personas que padecen de depresión.
Pero ahora sí te podemos citar un dato curioso más científicamente probado y se relaciona con la cantidad de horas que una persona pasa frente a un televisor. Se sabe que aquellas personas que pasan más de dos horas diarias frente viendo televisión, tienen la posibilidad de acortar sus vidas en 1,4 años. Y esto se debe principalmente al mal hábito de sentarse durante muchas horas con la mirada fija en un punto, en definitiva, se emparenta con el sedentarismo.
Por último, y vinculándonos nuevamente con la tecnología, te contaremos que en la pantalla de tu teléfono celular existen 10 veces más bacterias que en el asiento de tu inodoro. Científicos de la Universidad de Arizona llegaron a la conclusión de esto. Para no sufrir sus consecuencias, lo aconsejable es limpiar regularmente el teléfono con un líquido que contenga alcohol.
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