Cuento de Miedo: Marta había cumplido once años, y sus padres pensaron que era tiempo de que dejara de compartir su habitación con su hermana menor. Hicieron una habitación sobre la cochera, y movieron ahí todas sus cosas.
Marta, la niña estaba muy contenta, tenía mucho espacio para todos sus cosas, y la privacidad que comenzaba por necesitar de acuerdo a sus años se iba haciendo mayor.
Aún no tenía muchas cosas para llenar la habitación, así que su madre la llevó de tiendas, donde se podían encontrar todo tipo de cosas, algunas de segunda mano.
Se encontró con un armario de madera, con detalles y dibujos de enredaderas, era bastante viejo, muy antiguo. Pero aun así lo llevaron a casa para que papá reparara los cajones y el acabado, junto con otras cosas que compraron que le gustó.
El padre de Marta lijó y pintó el armario dejándolo como nuevo, lucía hermoso en la habitación, parecía nuevo. Ella pensaba guardar ahí su diario y sus cosas mas intimas, para que estuvieran fuera de la vista de los demás.
Esa noche se escuchó desde dentro del armario unos golpes, como si alguien lo tocara, abrió las pequeñas puertas, no pudo ver nada, pero el sonido continuaba.
La niña estaba segura de que venía de ahí, pero decidió creerle más a sus ojos al no ver nada.
La siguiente noche, Marta dejó las puertas del armario abiertas, no se escuchó el golpeteo, así que lo hizo todos los días, pero no podía meter cosas en él, porque cuando lo hacia estas eran arrojadas hacia fuera cuando se despistaba.
Pidió a una amiga que viniera a dormir a su casa para montar guardias juntas. Como si de un juego de niñas se tratara. Se divirtieron y rieron un poco al ver que el armario escupía lo que le ponían dentro.
IMÁGEN DEL CUENTO DE MIEDO
En su boca redonda y grande había dientes delgados, largos y afilados, sus dedos largos se tomaban de las puertas para impulsarse hacia fuera, las niñas salieron corriendo a la habitación del padre. Este para evitar más escándalo por la noche se llevó el mueble abajo a la cochera, pero como esta estaba debajo del cuarto de las niñas…
La criatura subió arriba a través de las paredes, golpeando dentro del armario de ropa dijo –Aquí estoy otra vez– dando un salto a la cama y devorando a las dos pequeñas niñas.
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