Para ser honesta, las estructuras y los sistemas no son lo mío. Dado lo perfeccionista que supe ser, es extraño que no sea una maniática de los cronogramas, las tablas de contenidos y los itinerarios precisos. De hecho ni lo fui ni lo soy. Mientras tenía que ocuparme únicamente de mí, era posible no usar agenda -u otro tipo de apoyo similar- y vivir el día a día confiando en mi capacidad de recordar datos y detalles. Nunca tuve problemas manejándome de esta manera y pude coordinar por años distintos aspectos de mi vida (estudios, pareja, familia, amigos, cuidado personal, etc). Claro que, cuando nace un hijo...el estado de hecho cambia. Y, al menos para mí, no volvió a ser tan fácil confiar en la memoria -o en el azar- para organizarme tomando en cuenta todas las variables de mi vida y además garantizar estabilidad para mi hijo.
En los últimos cinco años viví haciéndome trampas al solitario. Disculpándome olvidos casuales (y no tan casuales...) asumiendo que organizar detalladamente las rutinas "no es para mí" o acusándome de distraída y torpe cuando las faltas fueron de importancia. Ni la condescendencia ni la desvalorización son la respuesta a un problema que tiene una solución sencilla: organizar un plan semanal que permanezca visible y sea adaptable a las necesidades que tenemos y a los imprevistos que van surgiendo. Sé que las agendas no son la respuesta adecuada en mi caso y que el celular tiene un grado bajo de efectividad para quienes provenimos del mundo de las letras y no somos grandes amantes de la tecnología. Por eso diseñé dos tablas muy simples: una para tener en orden los horarios y los compromisos semanales y otra para darle forma a la planificación de comidas y compras.
En ese sentido, hacerme responsable de una organización semanal para la vida familiar (y también en el trabajo cuando se acumulan pedidos y demandas) es de gran ayuda. Quiero ofrecerte este imprimible gratuito para que organices tu semana como mi regalo intensional para comenzar el lunes con un objetivo: poner orden para darle espacio a los cambios realmente esenciales. Simplemente realizá el procedimiento habitual para seguir el enlace (click en el botón derecho) y de esa forma vas a llegar a un documento PDF llamado Cronograma semanal el cual podés descargar gratuitamente en cuatro colores: blanco, coral, celeste y lila. Utilizalo como quieras, rayándolo y volviéndolo a imprimir las veces que necesites:
- Permití que tus hijos que añadan sus actividades o incluso sus aspiraciones para la semana por venir.
- Dedicale cinco minutos de tu domingo a establecer las prioridades de los próximos siete días.
- Siempre hay tiempo de corregir o de aceptar lo imprevisible.
- Y disponé del cronograma en un espacio visible de la casa (la puerta de la heladera seguirá siendo una gran aliada en estos casos)
La semana próxima llegará el cronograma para planificar comidas y compras, igual de simple y básico para que lo adaptes a tus propias necesidades o a las de tu familia. Podés tener una semana más o menos activa, de todas formas. darle un mínimo de orden a cada día es un paliativo al caos que puede suponer vivir con una familia numerosa o coordinar muchas actividades personales y laborales a la vez. Después de años de afirmar -con suficiencia, lo confieso- que no soy estructurada, reconozco que una dosis de estructura y organización es vital para mantener en funcionamiento mi vida cotidiana y garantizar la convivencia pacífica (más de una vez me sentí molesta cuando los horarios de mi marido se superponen con los míos...) Supongo que forma parte del cambio que quiero realizar y en el que te invito para que me acompañes si te interesa. ¿Te apuntás? Tenemos 365 días para cambiar una vida.